Viaje musical a otras culturas
29 de marzo de 2012La nueva serie de conciertos de la famosa Filarmónica de Berlín se titula “Unterwegs”, “De camino”, y recorre ciertamente largas distancias: trae hasta el escenario berlinés a ensambles de Mali, Mongolia, Bulgaria, el Tíbet o Afganistán. Con ello, se tienden puentes de unión entre Alemania y otros continentes, y el trabajo de construcción de las nuevas sendas da lugar con frecuencia a bifurcaciones sorprendentes.
El programa multinacional de la Filarmónica despierta gran interés entre el público alemán. Esas noches la sala de conciertos se llena casi siempre. “La gente viene a emprender una excursión etnológica. Está claro que el espíritu nómada cautiva a muchos”, comenta Roger Willemsen, el escritor alemán y reconocido apasionado del viaje que se encarga de presentar “Unterwegs”.
El violín con el Rubab, el timbal con la Tabla
De este modo alcanza la música de los nómadas del Sahara Occidental y las estepas asiáticas la capital germana. Y esa misma noche, Willemsen anima al grupo Tuareg malasio Tamikrest a que improvise una pieza con el cantante de armónicos mongol Huun Huur Tu. Los espectadores responden entusiasmados a un diálogo musical inimaginable en cualquier otro ámbito del día a día.
El siguiente de los conciertos está dedicado a la música espiritual de los monasterios armenios, búlgaros y del Tíbet. Los rituales de los monjes de Tashilhunpo se mezclan así con el Sharakan de Armenia y los cánticos ortodoxos de Bulgaria.
La velada posterior, el programa se centra en historias y sonidos afganos. La guerra no ha pasado sin dejar huella por la rica tradición artística del país: ha despedazado partituras, ha destrozado el barrio musical de Kabul, ha estancado la producción de instrumentos. Y aún así, la música sigue viva.
En esta ocasión, miembros de la Filarmónica deciden acompañar a los foráneos: un grupo de violinistas y chelistas se une a los músicos afganos de Rubab, similar al laúd, otros a la percusión de los tocadores de Tabla, un tipo de timbal. El resultado es un arreglo difícil e impactante, nunca escuchado hasta el momento.
Arriesgado pero emocionante
“Me parece bien que a los oídos filarmónicos se les ofrezca tonos diferentes”, dice Martin Stegner, que toca la viola y no por primera vez fuera de su círculo cultural: Stegner se ha ido de gira con gitanos y cuando no pone su talento al servicio de la Filarmónica se lo ofrece a los ritmos latinoamericanos en el ensamble “Bolero Berlín”.
En mayo, a los filarmónicos berlineses les espera la próxima cita de “Unterwegs”, y la idea de compartir escenario con personas de diversos países les está gustando tanto que planean fundar una orquesta de cámara con músicos extranjeros -iraníes, chinos, indios, norteafricanos…- residentes en la capital alemana.
“Es lo más emocionante que me pueda imaginar”, asegura Stegner, y explica: “cuando las diferentes culturas se topan las unas con las otras suele surgir algo grande. Evidentemente, el experimento también conlleva su riesgo, porque hay que ser muy abierto”.