Índice Global de Esclavitud
1 de junio de 2016Deutsche Welle: Según el Índice Global de la Esclavitud 2016, la mayoría de esclavos de nuestro tiempo viven en Asia. ¿Cuál es la razón?
Fiona David: Calculamos que dos tercios de los aproximadamente 46 millones de personas que viven en condiciones de esclavitud se encuentran en Asia. Hablamos de trabajadores forzados en las fábricas de ladrillos, niños mendigos en Afganistán y la India, gente que trabaja la tierra o en el sector textil obligada por sus deudas. La creciente población y su integración en las cadenas de valor globales de la región de Asia y el Pacífico puede dar como resultado unos costos laborales muy bajos en la producción de bienes y servicios que todos nosotros consumimos.
¿En qué condiciones trabajan y viven estas personas?
En condiciones miserables. Un caso actual en Indonesia puede servir de ejemplo: el gobierno ha rescatado a más de dos mil personas en la remota isla de Benjinio. Algunos trabajaban desde hace años como prisioneros en los barcos de pesca. Eran maltratados y obligados a trabajar sin cobrar. Algunos estaban en jaulas. No es sólo una cuestión de salario, sino de violenta privación de libertad.
Según el informe, en la India hay 18,3 millones, cuatro más que hace dos años. ¿Cómo se explica este aumento?
No creo que el número absoluto de personas que viven en condiciones de esclavitud haya aumentado. Lo que pasa es que nuestras estimaciones anteriores se basaban en fuentes secundarias y ahora hemos podido realizar encuestas y entrevistas personales en 15 de los 29 estados del país, en ocho idiomas, por lo que tenemos una imagen más clara de la situación real, incluyendo el problema de los matrimonios forzados.
¿Cómo podría abordar el problema el gobierno indio?
Es positivo que, desde hace años, el gobierno indio se esté tomando en serio el problema. La primera medida en respuesta a estos problemas es hacer leyes apropiadas. Por ejemplo, la que penaliza la servidumbre por deudas lleva en vigor desde la década de 1970. Pero ahora se hace un seguimiento de las medidas y para comprobar que estén funcionando.
¿Y los demás países?
Hay algunos que están haciendo muy buen trabajo. Pero hay gobiernos que no hacen nada para abordar el problema. Ellos son parte del problema. Por ejemplo, el gobierno de Corea del Norte es la principal causa de la perseverancia del trabajo forzado allí. No sólo mantiene campos de trabajo forzoso en el país, sino que obliga a sus ciudadanos a trabajos forzosos en el extranjero para remitir sus ganancias al régimen. Estos trabajadores saben que, si se niegan, pueden poner en peligro a sus familias.
¿Qué ayuda necesitan los países asiáticos para erradicar este tipo de prácticas de explotación?
Especialmente que los consumidores y empresarios se conciencien y utilicen su influencia. Nadie quiere llevar nada producido en condiciones inhumanas, o comer pescado capturado por esclavos en un restaurante donde los norcoreanos están trabajando en contra de su voluntad. Así que tenemos que informar adecuadamente para que los consumidores puedan tomar sus decisiones.
Pero los gobiernos, especialmente los de las diez mayores economías de la región, entre ellas China, Japón y la India, tienen que hacer más. Deben adoptar mecanismos que obliguen a las empresas internacionales a revisar su cadena de suministro para evitar la presencia de la esclavitud y el trabajo forzoso.
Fiona David es la directora ejecutiva de la australiana Walk Free Foundation, que elabora el Índice Global de la Esclavitud.