La encrucijada de Austria
22 de mayo de 2016En una manifestación, días antes de la elección, alrededor de 500 estudiantes se congregaron en una plaza cerca del palacio de Hofburg, en Viena, donde se encuentra la oficina presidencial, para llamar la atención sobre el mensaje antiinmigrante y de extrema de derecha de Norbert Hofer. Los estudiantes cargaban pancartas que decían: “No a nazis en Hofburg”, así como “FPO (Partido de la Libertad de Austria) fuera; refugiados dentro”.
Y a medida que seguían gritaban: “!No al fascismo, no a Hofer! ¡Sal a votar!”. Entre los manifestantes se encontraba Anny, quien no quiso decir su apellido, cargando una pancarta de la campaña de Alexander Van der Bellen. Ella dijo que votará por el candidato del Partido Verde: “Considero que él es el único candidato demócrata y, además, creo que es la mejor alternativa que hay. Él demuestra responsabilidad por el pueblo austriaco. A él le importa Europa”, dice.
Christoph Georg hizo una pausa de andar en bicicleta para observar la manifestación. Él dijo que apoya la protesta: “Estamos en una situación muy precaria. Votar por Hofer sería el primer paso hacía un estado fascista”, comenta.
Las líneas de batalla ya están claras; y Van der Bellen, el retirado profesor de economía, sabe cómo discutir didácticamente los diferentes puntos de debate: lento, metódico y con lógica. Sin embargo, ha tenido grandes adversidades en contrarrestar los mensajes populistas de su joven y dinámico oponente, Norbert Hofer.
Electorado desconectado
Si Hofer gana, Austria sería el primer país del oeste europeo en elegir a un jefe de Estado populista de extrema derecha. La campaña de Hofer ha sido abiertamente antiinmigración, anti-UE y anti matrimonio homosexual. Hofer es el favorito tras haber ganado en primera vuelta, el pasado mes, con 35,4 por ciento de los votos, mientras que Van der Bellen obtuvo un 21,7 por ciento. Ahora, y curiosamente en esta ocasión, las encuestadoras se han acallado tras haber fracasado en predecir la victoria de Hofer en primera vuelta.
Las pocas encuestas que se han publicado muestran a ambos candidatos cerca del otro, pero con un gran grupo de votantes aún indecisos; todo indica que consideran muy polarizadores a ambos candidatos.
“No votaré por la extrema derecha por cuestión de principio. Y los Verdes me son muy extremos”, dijo una mujer, quien ejemplifica el ambiente actual de las calles de Viena.
La inesperada victoria de Hofer en la primera vuelta fue vista como un rotundo fracaso de los partidos tradicionales, y todo a causa de la manera en que han manejado los problemas más apremiantes del país: el creciente desempleo, los bajos estándares de educación y la crisis de refugiados, entre otros.
Como resultado, Werner Faymann estuvo obligado a renunciar como canciller, y Christian Kern, el nuevo jefe de Estado, ha prometido cambiar las cosas: “Si no podemos revertir esta tendencia, esto (la coalición) va a desaparecer del mapa, y merecidamente”.
Preocupación por Austria
El Partido de la Libertad de Hofer se ha alineado muy de cerca con el partido Frente Nacional de Marine Le Pen, con el Partido para la Libertad de Geert Wilder, así como con grupos de extrema derecha: el AfD alemán y grupos similares en Finlandia y Dinamarca. Hoy, alrededor del mundo –desde la Filipinas hasta los Estados Unidos– votantes rechazan cada vez más el establecimiento político y tornan a mensajes de corte populista.
“Nos debería de preocupar Austria, pero, a su vez, Europa y el mundo”, dijo Oliver Rathkolb, profesor de historia contemporánea de la Universidad de Viena, a DW.
Para contrarrestar esta amenaza, los pesos pesados europeos, como lo son el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y el presidente de la Comisión de la UE, Jean-Claude Juncker, deben de apoyar a Van der Bellen, quien aparentemente tiene el apoyo de la población urbana y altamente educada. Contrariamente, Hofer tiene el apoyo de la gente en el campo, en especial los jóvenes. “Tu necesitas la crème de la crème, al grupo "inteligente". A mi me apoyan los verdaderos ciudadanos”, le dijo Hofer a Van der Bellen durante un reciente debate televisivo.
Austria y la UE
El resultado de este domingo decidirá no solamente la dirección política del país –ambos candidatos difieren drásticamente en sus ideas del papel de Austria en Europa. Van der Bellen advierte que como país pequeño, Austria necesita a una fuerte UE para tener impacto en la creciente economía globalizada, mientras que Hofer, quien voto en contra de la unión de Austria al bloque, es firme en su postura anti-UE.
Ahora que se aproximan las elecciones más conflictivas de la reciente historia de Austria, Peter Hajek, investigador de opinión, hace hincapié en la convulsión política que ha sufrido el país después de la primera votación: la renuncia del canciller Faymann y el subsecuente reemplazo por Christian Kern como nuevo líder. “Estos factores pueden influenciar el resultado”, dijo Hajek a DW. “Que Hofer tenga la ventaja, no significa que vaya a ganar”, concluye.
Alison Langley (FE/MN)