Crisis en Portugal
24 de noviembre de 2010La canciller alemana, Angela Merkel, volvió a insistir en la necesidad de que también los inversionistas privados participen en el futuro mecanismo para afrontar nuevas crisis en la zona del euro. “Los inversores que tanto dinero ganaron con los altos intereses y los bonos estatales tienen que asumir ahora responsabilidades y participar en un mecanismo anticrisis a largo plazo, dijo la mandataria en un discurso en el Bundestag, rodeado de fuertes medidas de seguridad debido a la alerta anti-terrorista anunciada hace una semana.
Durante un discurso con motivo del debate en torno al presupuesto de su Gobierno en el 2011, la mandataria insistió en que la discusión gira en torno a la cuestión sobre la primacía de la política y los límites de los mercados.
El euro cayó en su cotización frente al dólar cambiando en 1,335 por billete verde, con lo que la moneda común ha perdido unos cuatro centavos de su valor en el lapso de una semana. En los mercados financieros se especula que además de Irlanda, otros países de la Eurozona podrían necesitar un rescate financiero de la Unión Europea (EU) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El virus griego se propaga
Analistas temen que el virus griego, que ya causó estragos en Irlanda pueda contagiarse a Portugal y España, cuyos bonos públicos se han disparado de la noche a la mañana. Los beneficios de los bonos irlandeses a diez años se encuentran en un 8,47 por ciento, con lo que Irlanda paga tres veces lo que paga Alemania por sus títulos. Los bonos portugueses pagan 6.89 por ciento, los españoles rebasan ya el 5 por ciento mientras que los griegos otorgan 11.83 por ciento de intereses a quien los compre.
En los mercados hay nerviosismo no sólo porque Portugal pueda ser el siguiente en declarar la insolvencia, sino porque tampoco hay claridad respecto al paquete de rescate irlandés. A diferencia de Irlanda, en Portugal el problema no proviene del sector bancario, ni tampoco sufrió una crisis inmobiliaria, pero tiene en cambio un problema estructural serio.
El país no tiene una industria competitiva y durante los últimos diez años ha registrado un endeble crecimiento económico. El índice de desempleo es del 10% y también es alto el número de insolvencias empresariales. Esta situación, aunada a una mala administración pública y a la crisis financiera internacional, ha disparado el endeudamiento de Lisboa a niveles nunca antes vistos.
Medidas de austeridad
El endeudamiento público alcanzó el 109 por ciento del PIB en el 2009 y el déficit presupuestal alcanzó un récord de 9,4 por ciento. La presión de los mercados ha obligado al Gobierno portugués a adoptar un paquete de medidas de ajuste que fueron aprobadas por el Parlamento el pasado 3 de noviembre, que incluye el aumento generalizado de impuestos, incluído el IVA, el recorte de la inversión pública y de los beneficios sociales, así como fuertes reducciones salariales a los empleados y funcionarios públicos y congelación de jubilaciones.
Como reacción a los recortes y aumentos de impuestos los dos sindicatos mayoritarios, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP) y la Unión General de Trabajadores (UGT), han convocado a la primera huelga conjunta en 22 años con la que quieren paralizar el país. El primer ministro José Sócrates, ha dicho en reiteradas ocasiones que Portugal no es Grecia, y que su país no necesita ayuda de nadie para resolver sus problemas, pero lo mismo dijo el Gobierno irlandés.
Las perspectivas no son alentadoras. La presión de la Unión Europea aumentará considerablemente toda vez que los principales acreedores son los bancos españoles. Según el semanario alemán Der Spiegel, tan sólo las demandas de pago realizadas por el Banco de Pagos Internacionales (BPI) con sede en Basilea, Suiza, a bancos, empresas y el Gobierno de Lisboa, ascendían a finales de julio a 57.000 millones de euros.
Autora: Eva Usi/ Dpa/Spiegel
Editor: Pablo Kummetz