Vendavales sobre la UE
16 de noviembre de 2010En las últimas horas, la Unión Europea ocupa titulares sobre todo de la sección económica. Por un lado, el rechazado presupuesto para el año 2011 y por otro, el rumor creciente de que Irlanda seguirá el camino de Grecia y acabará –dementi va, corraboración viene- solicitando el apoyo de la Unión Europea para evitar la bancarrota nacional que arrastraría tras sí al euro y la eurozona.
Titulares que preocupan
El fracaso de la negociaciones entre los 27 y los diputados europeos, “podría tener consecuencias gravísimas”, declaró el comisario europeo de Presupuesto, Janusz Lewandosky. En el otro tema, otro titular hace temer por el futuro europeo: “Nos enfrentamos a una crisis para nuestra supervivencia. Si el euro no sobrevive, la UE no va a sobrevivir bien”, ha declarado el presidente permanente de la UE, el belga Herman Van Rompuy.
¿Un mismo tema?
A la espontánea pregunta de si lo uno tiene que ver con lo otro, la respuesta es no, no necesariamente. Si bien es verdad que ambos temas tendrán que ser tratados por representantes de los Gobiernos y, en parte, también al más alto nivel y que giran en torno a fondos y bastante en torno a la austeridad, los acuerdos marco en los cuales se inscriben ambos temas son por un lado político -en el sentido del reparto de competencias entre las instituciones en el caso del presupuesto de la UE- y financiero, en el caso de la zona euro e Irlanda.
En este último caso, dado que el tema de las medidas para la estabilidad del euro están en discusión desde mayo de 2010 -y los mecanismos para prevenir futuras crisis vienen siendo preparados y discutidos al más alto nivel- el asunto, en realidad, no toma por sorpresa aunque obviamente no deja de preocupar. En esa medida, las recientes declaraciones del presidente Van Rompuy o las de la canciller alemana, Angela Merkel, algunas horas antes coinciden: la estabilidad del euro es vital para la UE.
El asunto del presupuesto
“Lamento que unos pocos Estados miembros hayan cerrado la puerta a un acuerdo sobre el presupuesto de 2011”, declaró el presidente de la Eurocámara, Jerzy Buzek. Este es el primer presupuesto que se aprueba según el Tratado de Lisboa, que prevé cooperación entre el Parlamento Europeo (PE) y el Consejo.
Detrás de esta pugna está la exigencia original del PE de un aumento del presupuesto en un 6,9%, que fue rechazada por la mayoría de Estados durante el último Consejo Europeo en Bruselas; la situación de austeridad a la que se ven obligados varios países de la unión no permite un aumento de gastos fue la respuesta de varios países, Gran Bretaña a la cabeza.
Así, se acordó un incremento del 2,9%; a cambio de haber transigido, la Eurocámara solicitaba mayor campo de acción en la negociación del marco presupuestario de la UE a partir del 2013 y negociar una reserva de flexibilidad de un 0,03 del PIB comunitario para financiar otros proyectos. Reino Unido y Holanda fueron de los países que se negaron a esta exigencia del PE y el presupuesto no fue aprobado.
Observadores experimentados no pintan dramáticamente esta crisis; el mismo presidente del comité de presupuesto del Parlamento Europeo, Alain Lamassoure, subraya que todavía “disponemos de algunas semanas antes de fin de año". Sin embargo, de no aprobarse una nueva propuesta que tendrá que preparar la Comisión –se tiene como horizonte el Consejo a mediados de diciembre, los nuevos organismos de la UE como el servicio exterior y las tres autoridades de supervisión para los mercados financieros podrán iniciar sus actividades, pero estarán amenazadas por dificultades en el financiamiento. "Es un fracaso lamentable", señaló Lamassoure.
Irlanda ante la quiebra
En el tema de la marea financiera que baña malamente a Irlanda -y cuyas olas llegan hasta Portugal y España-, los ministros de Finanzas de la zona euro tratan de encontrar una salida a su crisis fiscal, pese a que Dublín se resiste a pedir un rescate financiero para el Estado con el argumento de que sólo sus bancos podrían necesitar ayuda.
Se teme el contagio
Según información de agencias, Irlanda cuenta con financiamiento hasta mediados del 2011, pero los rendimientos de sus bonos han subido durante la última semana y el acceso a los mercados de capital de los bancos del país, que cuentan con garantías estatales, se ha visto restringido; ahora depende únicamente de los fondos del Banco Central Europeo (BCE).
Esto ha contribuido a un alza en los costos de endeudamiento de otros países de la zona euro, como España y Portugal. Por ello, el secretario de Estado de Hacienda español, Carlos Ocaña, señaló a agencias que, a fin de despejar la inquietud que pesa sobre los mercados de deuda, “importante es que Irlanda tome una decisión lo antes posible".
¿Motivos políticos para no actuar?
Dublín se encuentra bajo presión pero, hasta ahora es renuente a solicitar ayuda. La cercanía de elecciones locales el 25 de noviembre de 2010 se baraja como posible motivo. Por otro lado, queda claro que Dublín no puede recibir créditos de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (EFSF) o del más pequeño Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSM) sin pasar por amargo trago del programa de ajuste tanto de la UE como del Fondo Monetario Internacional.
Por su parte, el Gobierno irlandés -que trata de proteger su superviviencia política- sostiene que está conversando con sus colegas europeos sobre un mecanismo que dé estabilidad a sus bancos, pero niega que el Estado requiera un rescate. El primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude-Juncker –presidente del Ecofin- aseguró que Europa está lista para ayudar si Irlanda se lo pide: "Si lo hace, no tengo dudas de que el eurogrupo apoyará a Irlanda",
La Comisión Europea confirmó, no obstante, que está en contacto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el BCE por la crisis de deuda de Irlanda, pero que no debe haber temores excesivos. "Estamos debatiéndolo con el BCE, el FMI y las autoridades irlandesas, para encontrar soluciones a los difíciles problemas en el sector bancario", declaró el comisario de Asuntos Monetarios, Olli Rehn, pidiendo a renglón seguido no caer en el alarmismo.
Autora: Mirra Banchón (dpa/rtr/ebs/ep)
Editor: Enrique López