Köhler pide confianza en Alemania
25 de diciembre de 2006Este fue un buen año para Alemania. El Mundial de Fútbol no fue un cuento de hadas. Mostró una nación alegre y laboriosa y todo el mundo disfrutó con nosotros. Algo de eso queda.
Las cifras de desempleo por fin se reducen. Las inversiones empresariales aumentan. Nuestros productos tienen demanda a nivel mundial y las reformas de los pasados años comienzan a surtir efecto. El esfuerzo ha valido la pena. Muchos han contribuido a esta positiva evolución. A todos ellos les agradezco de corazón.
El repunte nos da impulso. Aprovechemos la oportunidad de preparar a nuestro país para los desafíos del futuro. Generar trabajo para los habitantes de Alemania sigue siendo para mí la tarea principal. Esa es también la respuesta decisiva a los problemas de pobreza y marginación. Por eso debemos hacer todo lo posible para que los jóvenes tengan acceso a la vida laboral. La clave para ello es: buena educación para todos.
También deberíamos apreciar mejor el tesoro de sabiduría y experiencia que tenemos en la gente mayor, no sólo en el mundo del trabajo sino también en nuestra sociedad en total.
Alemania no es una isla. Tomamos parte en una competencia internacional de calidad que atañe a todos los campos de nuestra vida en común: ¿qué nación logra mejor despertar las energías creativas de su gente? ¿Cuán abierta al cambio es la sociedad? ¿Cuán bien funciona la convivencia de lugareños e inmigrantes? Todo ello depende también de la gestión política. Por eso esta competencia tiene que ver igualmente con la calidad de la política.
Una buena política implica, por lo pronto, honestidad al aquilatar nuestras fortalezas y debilidades. Implica valor para trazar objetivos y permitir que se nos evalúe en base a ellos. E implica perseverancia y coherencia en la actuación. Podemos esperar todo eso. Pero no podemos esperar que todo funcione siempre sin discusiones. La discusión leal y objetiva, y la lucha por acuerdos sensatos, son imprescindibles para la democracia.
Todos los que trabajan en ese sentido merecen confianza y aprecio. Por eso les pido: contribuyan para que pueda generarse una nueva confianza. Nuestro país vive tiempos de cambio. En ellos, a menudo el éxito y el fracaso están muy cerca. Alegrémonos de nuestros éxitos. Merecen reconocimiento. Y tendamos la mano a aquellos que fracasan, para que puedan volver a levantarse. También eso genera confianza.
Alemania somos todos. Cuidemos juntos nuestra democracia libertaria. No olvidemos nuestra responsabilidad en lo particular. Ella es parte de la responsabilidad por la totalidad. Éste es nuestro país; un país en el que vale la pena vivir. Yo no conozco uno más hermoso.
Navidad es la fiesta de la familia. Por eso quiero saludar en forma muy especial a las familias de nuestro país, sobre todo a aquellos que tuvieron un hijo este año o que esperan uno. Conozco las preocupaciones que pueden relacionarse con eso. Pero también sé de la alegría y la confianza que implica el nacimiento de un nuevo ciudadano de la tierra. Comparto la alegría de todos los padres. Y deseo que toda nuestra sociedad de un decidido "Sí" a los niños.
La historia de la Navidad, como la ha transmitido la Biblia, describe todo menos un mundo perfecto: María y José sólo encontraron albergue en un establo. María sólo tuvo paja para acostar a su hijo recién nacido. Además, la familia tuvo que escapar de un tirano asesino. Ciertamente la historia de Navidad no tuvo lugar en un mundo perfecto. Pero con esa historia llegó al mundo una esperanza completamente nueva. Les deseo hoy esa esperanza especialmente a aquellos que están solos o enfermos, a los que no ven perspectivas. Mis pensamientos están con ustedes.
Pienso hoy también en las mujeres y hombres que no pudieron celebrar la Navidad con sus seres queridos porque también en esta noche estuvieron de servicio en los más diversos lugares. Vaya mi cordial saludo navideño especialmente a las soldadas y soldados de las Fuerzas Armadas alemanas que trabajan lejos de la patria por la seguridad y la libertad de todos nosotros. A todos ellos les agradezco de corazón.
Queridas conciudadanas y conciudadanos,
Les deseo que tengan la oportunidad de relajarse un poco durante estos días de fiesta y cargar nuevas energías.
Para todos ustedes, una fiesta de Navidad colmada de bendiciones y un feliz y exitoso año nuevo.