Guantánamo: Alemania dio paso en falso
23 de mayo de 2007DW-WORLD: Alemania goza de una buena reputación en lo que a Derechos Humanos (DD.HH.) se refiere. Sin embargo, todavía quedan aspectos que limar. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta Alemania en cuanto a DD.HH.?
Herta Däubler-Gmelin: Por supuesto. En Alemania también tenemos problemas, de los que se encarga la Comisión de Derechos Humanos y Ayuda Humanitaria. Por ejemplo, algunos de ellos son las relaciones con los refugiados, el acceso de inmigrantes sin papeles a la asistencia sanitaria, a la educación y a la protección contra la explotación y, también muy importante, la reducción de las limitaciones escolares para los niños de familias pobres o de inmigrantes.
Existe una preocupación global, porque en la lucha contra el terrorismo se suelen dejar de lado aspectos fundamentales de los DD.HH., por ejemplo en Guantánamo, Cuba. Y en Alemania también se han oído voces críticas, más concretamente respecto al caso Kurnaz. Usted, como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y Ayuda Humanitaria del Parlamento alemán, ¿cómo valora la situación?
En mi opinión lo ocurrido ha sido una tragedia que no le ha traído a nuestro país nada positivo. Además no cabe duda de que la actuación del Gobierno de Bush en Guantánamo es una clara violación de los DD.HH. Todavía queda por aclarar cuál paso es el que se ha dado en falso.
Hace poco usted dijo ante la Red de Migrantes, Migranet, que la obligación de inscribir a los inmigrantes ilegales en Alemania en el registro público infringe derechos fundamentales. ¿Están los ilegales desamparados? ¿Cómo valora usted la situación? ¿Existe una solución?
Alemania ha ratificado acuerdos internacionales, como el Pacto Civil o el Pacto Social, y está obligada a garantizar el acceso a los DD.HH estipulados en esos acuerdos. Los derechos son aplicables a todos, no sólo a los inmigrantes con los papeles en orden. Por eso se debería conseguir un acuerdo sensato entre las exigencias de legalidad de nuestro país en lo que a los permisos de residencia se refiere y la garantía de los DD.HH. La mejor forma de conseguir este acuerdo es eliminando la obligación a inscribirse en los registros y dejando clara la despenalización para aquellas personas que quieran ayudar a los "ilegales".
El relator especial de la ONU, Vernor Muñoz Villalobos, achacó a Alemania problemas preocupantes en materia de educación. El experto en Derechos Humanos criticó la desigualdad de oportunidades. ¿Qué consecuencias se derivan de ello?
Me extrañó la maldad con la que periódicos de gran reputación comentaron el diagnóstico de Muñoz. Lo que él dijo es lo que nosotros ya sabíamos, es decir, que los niños provenientes de familias pobres o de inmigrantes lo tienen difícil en Alemania. Y eso hay que cambiarlo urgentemente. Pero el cambio no es posible tras la puesta en marcha de la fallida reforma del Federalismo, que ha entorpecido la política de educación poniéndola en manos de los Gobiernos federados.
¿Cree usted que los derechos económicos, sociales y culturales pertenecen a los Derechos Humanos, o que su salvaguardia es un objetivo que sólo se puede perseguir en los países desarrollados?
Hasta ahora podemos distinguir entre tres grupos o "generaciones" de Derechos Humanos; todos ellos son muy importantes pero cada uno tiene sus propias repercusiones. Además de los clásicos derechos a las libertades individuales (libertad de opinión y de información, de prensa y para manifestarse), que delimitan el poder del propio Estado, existe también el grupo de los derechos sociales fundamentales, a los que pertenece el derecho de asociación. Éste también compromete al Estado pero todavía necesita una legislación más amplia en lo que a educación, vivienda y al acceso a la asistencia sanitaria respecta. Dependiendo del nivel de pobreza o riqueza de cada país, esta legislación gozará, obviamente, de un mayor o menor grado de calidad, pero la calidad de las leyes debe estar al alcance de todos. Éste es el problema.
El tercer grupo o generación de Derechos Humanos hace referencia al derecho al desarrollo, que los Gobiernos hacen valer a favor de su pueblo y en detrimento de la comunidad global y cuya gran importancia remarca actualmente el Consejo de Derechos Humanos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este derecho no suplanta o se antepone a las libertades fundamentales o a los derechos sociales. Su inclusión en los DD.HH. es importante porque si no la idea fundamental que éstos persiguen, que es la protección y seguridad del individuo frente al poder estatal, se perdería.
¿Qué objetivos persigue Alemania a nivel europeo en lo que a política de Derechos Humanos se refiere?
Es importante que la Unión Europea desarrolle una política de Derechos Humanos común, porque la coordinación de las diferentes iniciativas nacionales cuesta mucho tiempo y trabajo. La actual presidencia alemana está trabajando en ello. Los Parlamentos también podrían hacer grandes contribuciones para reforzar una política de DD.HH. europea. Las comisiones de DD.HH. desempeñan un papel fundamental como mediador entre las organizaciones civiles pro DD.HH. y la política. La Comisión de Derechos Humanos de la Unión Europea fundará el 15 de junio en Berlín una red de DD.HH. con el objetivo de reforzar esta política común a nivel europeo.
Teniendo en cuenta la polémica en torno a los candidatos al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ¿qué expectativas tiene para esta instancia internacional?
La resolución 60/251 de la Asamblea General de la ONU dicta que sólo se puede votar por aquellos países con un nivel alto en Derechos Humanos para que pasen a formar parte del Consejo. Si se contemplan los candidatos en las diferentes regiones del mundo se ve un panorama difícil, ya que en algunas zonas apenas hay países que estén a la altura de las exigencias para poder presentarse a las elecciones.
Pero, por lo menos, en la segunda ronda, celebrada el 17 de mayo, se consiguió impedir que se votase a uno de los últimos violadores de los Derechos Humanos y dictaduras, Bielorrusia. Es urgente que se discuta el tema de la situación de los DD.HH. a nivel mundial en la Asamblea General de la ONU. Por el contrario son los activistas y trabajadores a favor de los DD.HH. en todo el mundo los que acabarán pagando las consecuencias.