Gerhard Richter: la estrella de la pintura alemana
22 de febrero de 2005
Es un verdadero camaleón que no se afinca en un solo estilo. "No persigo ninguna intención, no tengo sistema ni estilo" aseguró el pintor en 1966. Y este sigue siendo su credo hasta el día de hoy, un credo que le ha valido la fama mundial. Algunos de sus cuadros son simplemente grises y otros rebozan de colorido.
Los críticos de arte no escatiman con adjetivos superlativos al referirse a él. Hay quien lo califica de "Picasso del siglo 21". No exageran, pues los coleccionistas están dispuestos a pagar millones por uno de sus cuadros. Sothebys vendió su óleo " Tres Velas" (1982) por 5,4 millones de dólares. En un principio nadie pensó que las pinturas de Richter alcanzarían tal demanda en el mercado internacional.
El mercado decidió desde un principio
Richter, que cumple este año 73, empezó su carrera en 1951 en la Academia de Dresde junto con muchos otros artistas talentosos. Poco antes de que se levantara el Muro de Berlín huyó de la República Democrática Alemana y se asentó en Düsseldorf.
En 1961 comenzó su conquista del mundo del arte cuando la casa de subastas Christies, que calculó el precio de su cuadro "Parte de un lago" en 400.000 libras esterlinas, lo vendió por 1,4 millones de libras. Éste fue el momento en el que Richter incursionó en el nirvana de los pintores contemporáneos.
Para Richter las enormes sumas que alcanzan sus cuadros en el mercado internacional no tienen mayor significado. "Se ha difundido que Richter es famoso y que de alguna manera debe ser bueno. Que bien, pero para mí no tiene ningún significado. Soy lo suficientemente crítico y realista como para mantener la distancia", afirma.
Es un perfeccionista
Richter comienza haciendo cuadros de fotografías. Sus cuadros son hermosos, sólidos y de gran calidad. Están llenos de contenido. El arte de Richter se concentra en primera línea en tratar de reflejar la realidad y en la búsqueda de la verdad.
"Son precisamente las fotografías, las que reflejan la realidad con mayor exactitud" explica el pintor. A Richter no le gusta hablar mucho de su arte: "No hay mucho que decir, pintar es una forma distinta de pensar. Sería como preguntarle a Einstien qué pensaba cuando estaba desarrollando una ecuación. En realidad no pensaba nada, simplemente hacía ecuaciones y yo simplemente pinto."
Richter embellecerá la Catedral de Colonia
Y Richter pinta y pinta. Su obra abarca cerca de 3.000 cuadros, sin dejarse determinar ni presionar por su entorno. "Creo que mi obra es reflejo de nuestros tiempos. Tengo la sensación de que en la actualidad uno no puede querer quedarse parado. Los tiempos son demasiado inquietos y siempre hay que contestar."
En respuesta a los tiempos Richter presenta ahora una obra de magnas dimensiones. Su nueva pintura abarca nueve por nueve metros aunque representa en realidad algo muy pequeño, las micro estructuras de un átomo, del estroncio para ser precisos.
En el Museo de Arte de Düsseldorf se presenta del 12 de febrero al 16 de mayo de 2005 una retrospectiva de la obra de Richter, que él mismo ha seleccionado.
Cerca de 120 cuadros guían al visitante por lo diversos periodos del pintor, que no han terminado como lo demuestra la última noticia de la casa Richter que anunció que hará un vitral de 100 metros cuadrados para la Catedral de Colonia.