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Cómo pintar barcos y hundirlos después

Gabriel González16 de septiembre de 2003

Cuando se habla del emperador alemán Guillermo II, se suele pensar en el militarismo prusiano o la Primera Guerra Mundial. ¿A quién se le ocurre pensar en un pintor?

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Un auténtico Guillermo.Imagen: Kunsthalle Wilhelmshaven

Alemania conoció en el siglo XX a dos pintores que se hicieron extremadamente famosos a nivel mundial: Guillermo II y Adolf Hitler. Lamentablemente para la historia de la humanidad, ninguno de los dos se decidió por proseguir con sus ambiciones sobre el lienzo. El primero desató la Primera Guerra Mundial, el segundo la siguiente.

Para los que no sean tan duchos en historia, un pequeño refresco de memoria: Guillermo II fue el último emperador alemán y rey de Prusia, de 1888 a 1918. Su agresiva política exterior fue uno de los factores decisivos que desencadenaron la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y que terminaron con el II Imperio Alemán.

Kaiser Wilhelm II
Guillermo IIImagen: AP

"Si hubiese tenido talento suficiente, no sería emperador sino pintor de escenas marítimas", dijo una vez el emperador alemán, rey de Prusia y amante de la brocha gruesa. En los últimos años de su reinado, sus súbditos también le negaron el talento para reinar. Su majestad abdicó en 1918 y encontró refugio en el castillo de Doorn en Holanda. Aquí pasó el resto de su vida en el más completo aislamiento, pintando cuadros y cortando leña. Guillermo falleció en 1941 y fue enterrado con honores militares por orden del otro pintor fracasado, Adolf Hitler.

Exposición curiosa

El Salón de Arte de la ciudad marítima Wilhelmshaven inauguró ahora una de las más curiosas exposiciones de este año: "El emperador Guillermo II como dibujante y pintor". El catálogo de la muestra califica la obra de Guillermo II tímidamente como "desechos del mar de la historia".

Un juicio ciertamente acertado. Entre el 14 de este mes y el 16 de noviembre, el interesado tendrá la oportunidad de examinar la calidad de los cuadros de su majestad que abordan siempre el mismo motivo: barcos, barcos, y más barcos.

Kaiser Wilhelm II. als Zeichner und Maler
Imagen: Kunsthalle Wilhelmshaven

Bajo un cielo eternamente gris, cruceros y buques de todo tipo luchan contra las tempestades y olas tan grandes como montañas. Las proporciones no parecen siempre acertadas. A veces, el barco parece estar cayéndose cada momento del cuadro. Pero eso no importa mucho. La más significativo es la firma de su majestad en gruesas letras rojas: "Wilhelm P.v.P". (Príncipe de Prusia) o simple y modestamente I.R. (Imperator Rex).

Emperador con ambiciones

Las pinturas y dibujos del último emperador germano dan perfecto testimonio de su carácter desbordante y su ambicioso programa de expansión colonial, comercial y naval. A la vez muestran su absoluto desinterés y desprecio por las corrientes artísticas de vanguardia de su época.

Pie de página histórico: ¿Qué pasó con la flota germana a la que Guillermo II dedicó tanta pasión y tanto dinero? Firmado el armisticio el 11 de noviembre de 1918, se ordenó el internamiento de la flota alemana en Scapa Flow, en Escocia, a la espera del resultado de las negociaciones de paz. Cuando se hizo evidente que la flota alemana sería repartida entre los vencedores, el almirante alemán dio orden de hundir los barcos. El día 21 de junio de 1919 todos los barcos alemanes abrieron sus compuertas y, en poco tiempo, estaban en el fondo.