Gas sudamericano: buena reserva mejor mercado
13 de marzo de 2006El gran plan de construcción de un gasoducto de unos 8000 a 10.000 kilómetros de largo, cuyo costo estimado oscila entre los 17 y 25 mil millones de dólares, llama mucho la atención, sobre todo si se lo compara con el costo y la dimensión de otros gasoductos existentes. También llama la atención si se tiene en cuenta que lo que se pretende es que un país que produce para su autoconsumo, quiera exportar a un país productor de gas natural, atravesando con un gasoducto miles de kilómetros. Es más, según las estimaciones a futuro, el mercado consumidor de gas en América del Sur, sobre todo en Argentina, para el año 2030 se triplicará. Así consta en un estudio del Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales preparado por Hilmar Rempel y Hans Georg Babies.
Otros proyectos
El gasoducto Blue Stream, une Rusia con Turquía, tiene 1200 kilómetros, una capacidad de 16 mil millones de metros cúbicos por año (g.m3) y tuvo un costo de 3400 millones de dólares; North European Gas Pipeline, está en construcción y se espera que esté en funcionamiento en 2010 recorre 1200 kilómetros tiene una capacidad de 25,5 g.m3 y costará 5 mil millones de dólares. El que une Bolivia y Brasil recorre 3000 kilómetros, transporta 10 g.m3 y, puesto en funcionamiento en 1999, costó 2100 millones de dólares. El gasoducto China West-Ost con un costo de 7 mil millones de dólares recorre 4500 kilómetros y transporta 17,5 g.m3.
Las reservas de la región
Sin contar con la región Caribe en la cual se encuentra Trinidad y Tobado un importante productor de gas natural (28 g.m3 y gran exportador a los Estados Unidos 14 g.m3 en 2004). Sudamérica cuenta con un 4% de las reservas de gas natural del mundo (los Estados de la ex Unión Soviética con un 30,8%, Europa con un 3,3%, Australia-Asia con un 12,4% y Cercano Oriente con un 39,5%).
Casi dos tercios de las reservas gasíferas sudamericanas se encuentran en Venezuela, si bien cabe aclarar que el 90% de esas reservas están asociadas a pozos petrolíferos. Más del 50% del gas natural extraído se reinyecta en los campos petrolíferos. Como miembro de la OPEP, Venezuela está obligada a ciertas cuotas de producción de petróleo y por ello no puede ampliar voluntariamente su producción de gas. Hace poco se empezó con la exploración de pozos gasíferos no asociados. Se han detectado en Los Llanos pozos que producirían entre 30 y 200 g.m3 y se ha comenzado con la explotación en apenas dos pozos. Existen dos pozos offshore en la cuenca de Maturín, con una reserva calculada de 100 g.m3.
Las reservas de gas de Bolivia y Argentina son considerables. A diferencia de las venezolanas, éstas son reservas sólo de gas natural. En el caso de Bolivia, desde la privatización del sector gasífero a mediados de los años 1990, las reservas de gas crecieron drásticamente. Si en 1998 ascendían a 135 g.m3 en el año 2004 con sus 680 g.m3 llegaron a ser las segundas en América Latina.
Consumo actual vs futuro
La explotación de gas natural de los países de Sudamérica alcanzó en 2004 los 100 g.m3, y sus mayores productores fueron Argentina y Venezuela. Una visión histórica de la producción de gas en el subcontinente muestra una clara curva creciente en el último cuarto de siglo, sobre todo a partir de los años 1980. En 2004, Argentina explotó un 46% de la producción de gas de Sudamérica, mientras que en Venezuela la mayor parte de su producción fue reinyectada. Según el informe de anual de la OPEP de 2005, Venezuela explotó 68 g.m3 de las cuales sólo comercializó 28,4 g.m3 . En campos petrolíferosfueron reinyectados 29,6 g.m3.
El consumo en Sudamérica alcanzó los 104 g.m3 en 2004 y la demanda fue cubierta con la oferta local. Los mayores consumidores fueron Argentina, Venezuela y Brasil, que alcanzaron respectivamente un 38%, 25% y 19% del consumo total. En comparación con el consumo mundial, Sudamérica con su 10% está muy por debajo del promedio de consumo de gas como fuente de energía primaria, que es de 24%.
Se espera que el consumo de energía primario se triplique hasta el 2030, lo que significa un mayor incremento que el promedio mundial, que según cálculos se duplicará en el mismo período. Es decir, de 150 g.m3 en el año 2010 el consumo crecerá a 230 g.m3 en 2020 y a 335 g.m3 en 2030.