Futura jefa de la diplomacia europea no entusiasma, pero su nombramiento está garantizado
12 de enero de 2010Prudente, casi temerosa. Así se presentó este lunes la futura Alta Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea, la británica Catherine Ashton, ante los miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, los encargados de evaluar si Ashton es la persona idónea para convertirse en el rostro visible de la diplomacia comunitaria. Un examen que no sólo afecta a la política laborista: también los restantes 25 comisarios del nuevo ejecutivo que encabezará el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, se someterán hasta el próximo 19 de enero a la evaluación de los parlamentarios europeos.
Con menos apuros de los previstos
Ashton acudió con fundados temores a la audiencia parlamentaria. Un auténtico examen oral que se prometía especialmente incisivo en vista de las dudas suscitadas por su designación para el cargo, a finales del pasado mes de noviembre. Finalmente, el cuestionario de los eurodiputados fue menos agresivo de lo que se esperaba y la futura responsable de la política exterior comunitaria salió airosa del envite. Eso sí, prefirió no arriesgar en las respuestas, evitando concretar en exceso los ejes de su mandato. Una actitud que le granjeó las críticas de varios parlamentarios, que acusaron a Ashton de ser demasiado "políticamente correcta" y excesivamente vaga en sus planteamientos.
Valga como resumen su contestación a la pregunta de un parlamentario sobre la política europea hacia los Balcanes: "voy a tratar de ser general más que específica". Tampoco sonó especialmente brillante su respuesta a la pregunta sobre cómo se podría solventar el conflicto palestino-israelí: "no tengo ni idea". También se mostró titubeante cuando se le preguntó por la suma que la Unión Europea destina a la asistencia en Afganistán. No es de extrañar que la propia política británica admitiera que todavía debe estudiar más en profundidad algunos asuntos antes de pronunciarse al respecto.
Reforzar el papel de la UE en el mundo
Aunque sin entrar excesivamente en detalles, Ashton desgranó a grandes rasgos sus prioridades como Alta Representante de Política Exterior de la UE. De entrada, reforzar el papel de Europa en el mundo. Con el fracaso de la Cumbre sobre el Clima de Copenhague aún en la memoria, la futura "ministra de Exteriores" europea considera clave establecer vínculos más estrechos con las nuevas potencias emergentes para asegurarse la capacidad de influencia del viejo continente. Brasil, Sudáfrica, China, India y Rusia figuran entre los socios con los que el nuevo ejecutivo comunitario pretende ahondar en las relaciones.
Sobre la cuestión del conflicto en Oriente Próximo, Ashton calificó de "vital" para la paz la creación de dos Estados, uno israelí y otro palestino, que tengan su seguridad garantizada. Eso sí, instó a ambas partes a consensuar los términos del acuerdo de paz. "Cómo lo vayan a lograr, no depende de mí", apuntó. Precisamente, Oriente Próximo será uno de los primeros destinos de la política británica una vez que previsiblemente sea ratificada para el cargo, el próximo 26 de enero. Estados Unidos, China e India figurarán también entre sus primeros destinos.
Pide "colaboración" a Irán
Respecto a Irán, aseguró que Teherán ha cometido "errores" y que debe trabajar con la comunidad internacional sobre su programa nuclear si quiere evitar la aprobación de nuevas sanciones. "Si Irán quiere ser tratado como creo que su historia, su geografía y su pueblo merecen, tiene que trabajar con nosotros", subrayó. Preguntada por Cuba, la futura responsable de la diplomacia europea se mostró dispuesta a revisar la efectividad de la política europea hacia la isla de los últimos años y evaluar si hacen falta cambios. Eso sí, siempre con el consenso unánime de los Veintisiete.
Entre sus futuras tareas, la británica tendrá bajo su responsabilidad la puesta en marcha del ambicioso nuevo Servicio Exterior de la UE, un "supercuerpo diplomático" integrado por cerca de 5.000 funcionarios reclutados entre el Consejo, la Comisión y los Estados miembros, con cerca de 130 delegaciones europeas en territorio extracomunitario. Ashton irritó a algunos miembros del Parlamento al afirmar que no creía necesario que los embajadores del nuevo cuerpo diplomático deban contar con la aprobación de la cámara.
Enfrentada a las contradicciones de su pasado
Una de las cuestiones más espinosas a las que tuvo que enfrentarse la política británica fue su pertenencia, a inicios de los años 80, a un movimiento en favor del desarme nuclear en Gran Bretaña. "Lo que entonces era correcto, hoy ya no lo es", se defendió, para añadir: "las ideas de entonces no se pueden traducir ahora al pie de la letra". Una militancia que el eurodiputado conservador británico Geoffrey van Orden le reprochó con dureza: "me pregunto si usted visitó jamás una unidad militar, excepto quizás Greenham Common" -una antigua base militar objetivo de las protestas pacifistas en los años 80.
También se aireó su apoyo a la guerra de Irak, en 2003, cuando formaba parte de las filas del gobierno laborista encabezado por Tony Blair. Ashton aseguró que entonces "creyó que era lo correcto, en base a la información que había en aquel momento" y abogó por trabajar para mejorar la situación en el país.
Autor: EV / Agencias
Editor: Pablo Kummetz