Crece el escepticismo
2 de noviembre de 2011Europa se acostó ayer martes (01.11.2011) petrificada por la sorpresa y se ha despertado el miércoles tomando paulatina conciencia de que el anuncio del primer ministro griego, Giorgos Papandreu, de convocar un referéndum es real y no una pesadilla pasajera. Qué le quiere preguntar el mandatario exactamente a su pueblo no se sabe todavía, como también se desconoce la fecha para tal cita e incluso si ésta llegará a tener lugar o si unas elecciones anticipadas y un posible cambio de Ejecutivo solventarán el tema, pero lo que sí se perfila es que el nuevo debate le va a costar al país mediterráneo un preciado tiempo que apenas tiene.
“Sería de gran ayuda si existiera cuanto antes claridad acerca de qué camino desea seguir Grecia”, declaró el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, al diario Hamburger Abendblatt. Sobre la decisión de Papandreu, por el contrario, no se ha manifestado personalmente la canciller alemana, Angela Merkel, que esta mañana emprendía junto a su ministro el viaje a Cannes para preparar con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y representantes de la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) un encuentro con el jefe de Gobierno heleno, a celebrar antes de que este jueves se reúna el G-20.
¿Decide realmente el pueblo?
La mayoría de los griegos rechaza las medidas de ajuste con las que Atenas trata de asegurarse el sustento económico europeo porque considera que éstas no afectan a los causantes de la crisis sino a quienes menos han contribuido a ella. Frente a la sede del Parlamento llevan quejándose los manifestantes desde que se descubrieran los primeros agujeros financieros, y han ido siendo más a medida de que pasaban los años sin que las soluciones llegaran. Las últimas semanas, los altercados públicos fueron especialmente duros. El dictamen de Papandreu: en pro de la democracia, que decida el pueblo.
Sin embargo, cabe dudar de que los ciudadanos vayan a poder decirle “no” a los recortes –en caso de que se les pregunte por tal cosa- con verdadera libertad, o determinar por sí solos el conservar o abandonar el euro. Las voces que en Europa ya pedían la exclusión del país, al menos temporalmente, de la moneda única se han tornado ahora más sonoras. Los expertos pronostican una catástrofe para Grecia si ésta retorna al dracma, pero la prolongación de la incertidumbre hace aumentar el miedo al contagio de sus problemas a otras economías como la española o la italiana, y podría precipitar una salida del país de la eurozona incluso sin intervención de la voluntad popular.
Por otra parte, quienes eran de por sí reticentes a nuevas transferencias de fondos comunitarios ven respaldada con los acontecimientos actuales su opinión y reclaman, como es el caso de los diputados democratacristianos germanos Wolfgang Bosbach y Michael Fuchs, que se suspenda la entrega de las partidas acordadas recientemente hasta que el Gobierno griego presente resultados. “No creo que se vayan a desembolsar otros 8.000 millones de euros sin saber si Grecia cumple o no sus compromisos”, dijo Bosbach a la cadena de televisión pública alemana ZDF.
También los bancos se han apresurado tras el discurso de Papandreu a advertir que no habrá condonación de deuda alguna –el 50 % fue lo fijado en la pasada cumbre de la UE- “antes de que se lleve a cabo el referéndum”, aseguró Michael Kemmer, director general de la Asociación de Bancos Alemanes. La reestructuración puede ir preparándose, pero “no deberíamos crear hechos consumados”, indicó Kemmer.
A lo mencionado se le suma la presión que ejercen los mercados, de ahí que haya quien considere la cita con las urnas como una puesta entre la espada y la pared del votante griego. Otros creen que se trata de una maniobra de Papandreu para conservar el poder, y hasta de una para marcharse a tiempo. “Observado en su conjunto, parece un suicidio político por miedo a la muerte”, comentó el director del Instituto de la Economía Alemana (IW), Michael Hüther, en la edición digital del periódico Handelsblatt.
Cuanto antes, ¿es a tiempo?
“Estoy convencido de que los griegos serán lo suficientemente sensatos como para darse cuenta de que la solución que se les propone es mejor que cualquiera de las alternativas”, dijo Kemmer. “Nosotros partimos de que Grecia es consciente de la responsabilidad que ostenta y de que seguirá apostando por las medidas que hemos aprobado juntos y unánimemente”, continuaba Schäuble en el Hamburger Abendblatt y la misma sintonía seguía un comunicado la Comisión y el Consejo europeos. “El referéndum emitirá una señal clara a favor del euro”, sostuvo Papandreu para tranquilizar a sus colegas. Después de las draconianas caídas con las que cerraron las bolsas europeas ayer, abrían hoy los parqués con ligeras subidas.
Si hay que llamar a las urnas, que se llame pero cuanto antes, fue la exigencia que expresaron Berlín y París. “En la actual situación no nos podemos permitirnos perder el tiempo”, recordó el portavoz del Gobierno alemán Steffen Seifert. Papandreu, atacado desde la oposición, las filas de su propio partido y la prensa griega -que lo ha bautizado como “el rey del caos”- tiene que superar primero este viernes (04.11.2011) el voto de confianza del Parlamento. Luego será una comisión la encargada de ponerle fecha al referéndum, pero, en cualquier caso, no se cuenta con que éste vaya a poder celebrarse antes de enero de 2012. El Estado griego dispone de liquidez hasta mediados del próximo diciembre. Qué pasará con la inyección de 8.000 millones de euros que Bruselas tenía lista se ha convertido, de la noche del martes a la mañana del miércoles, en una incógnita.
Autor: Luna Bolívar
Editor: Enrique López Magallón