"Error irreparable"
22 de septiembre de 2011
Así como en los medios y redes sociales de todo el mundo, también en Alemania y en Europa tuvo amplia repercusión la noticia sobre la ejecución de Troy Davis, un afroestadounidense de 42 años al que se condenó por el asesinato de un policía en 1989.
En Europa, la decisión de aplicar la pena de muerte a Troy Davis conmocionó a la opinión pública. Para el experto en EE. UU. de la filial alemana de Amnistía Internacional (AI), Sumit Bhattacharyya, la ejecución de Davis es el resultado del fracaso de la justicia estadounidense. El comité de indulto exigió en su primera decisión, dijo Bhattacharyya en Berlín, que Davis sólo fuese ejecutado si no quedaba absolutamente ninguna duda acerca de su culpabilidad. “Pero se lo mató con la inyección letal a pesar de que sí hay dudas graves y fundadas sobre si es realmente culpable”, señaló el experto de AI.
La vocero estadounidense de AI, Laura Moye, dijo a la emisora BBC que estaba “indignada y conmocionada” por la ejecución. “No podemos estar seguros de que esta noche no se haya asesinado a un hombre inocente, y el Estado de Georgia ha cometido una atrocidad tal que nuestro apoyo por la abolición de la pena capital en EE. UU. se ha solidificado”, dijo Moye.
“Inhumana y salvaje”
La prensa europea calificó la ejecución de Davis de inhumana. El periódico Luxemburger Wort, de Luxemburgo, la condenó de este modo: “El aparato judicial estadounidense tiene las manos manchadas de sangre. Eso es lo que constataron hoy muchos ciudadanos estadounidenses que exigieron que se indultara a Davis. Por eso, es tiempo de que se les ponga fin a estas ejecuciones salvajes."
El matutino finlandés Helsingin Sanomat, por su parte, señaló que “el caso Davis ha sacado nuevamente a la luz uno de los principales problemas en relación a la pena de muerte: la Justicia se puede equivocar y una ejecución no se puede revertir.”
Davis, condenado a muerte desde 1991
Condenado a muerte en 1991, la ejecución de Davis se aplazó tres veces en los siguientes 20 años. En agosto de 2009, el Tribunal Supremo de EE. UU. ordenó que se reabriera el caso. En 2010, a pesar de que fuera retirada la mayoría de los testimonios contra Davis, los jueces de Savannah, Georgia, confirmaron en agosto la condena a muerte. A fines de 2011, el mismo Davis fracasó en su intento ante el Tribunal Supremo, que denegó el reinicio del proceso.
Los abogados de Davis intentaron por todos los medios que se diera la orden de detener la ejecución, pero sin éxito. Si bien el Tribunal Supremo de EE. UU. la pospuso a las 17:00 hs (hora de EE. UU.) del 21 de septiembre, tres horas más tarde la corte rechazó la apelación y anunció que sí tendría lugar.
Davis fue ejecutado a las 23:08 hs por medio de una inyección letal. Mientras tanto, centenares de personas reunidas frente a la prisión del Estado de Georgia, entre ellos, activistas, amigos y familiares de Davis, manifestaban al grito de “Salven a Troy Davis” para demostrar su apoyo al condenado.
El ejecutado siempre alegó ser inocente. Las autoridades de Georgia habían recibido más de 630.000 cartas, entre otros, de Benedicto XVI, Jimmy Carter y 50 congresistas estadounidenses para que suspendiera la condena. En internet, decenas de miles de personas seguían con atención el desarrollo del caso.
Uno de los casos más controvertidos
La ejecución de Troy Davis es uno de los casos más controvertidos de la Justicia estadounidense. Davis fue acusado de haber disparado contra el oficial de policía blanco Mark MacPhail en 1989, pero su culpabilidad no pudo ser confirmada. Siete de un total de ocho testigos que habían acusado a Davis durante el juicio por asesinato en su contra cambiaron sustancialmente sus declaraciones y hasta las retiraron. Algunos incluso dijeron haber sido obligados por policías a declarar.
Además, aparecieron nuevos testigos según cuya declaración otro hombre se había declarado culpable del crimen. Tampoco se halló ningún arma, ni huellas genéticas o digitales que indicaran que Davis había sido el responsable del delito. Y Davis mismo aseguró hasta último momento no haber sido culpable.
“Tuvo suficiente tiempo”
La comunidad internacional criticó duramente la condena a Troy Davis. Por las dudas que existen acerca de su inocencia, personalidades y políticos de todo el mundo, entre ellos, la Unión Europea, se pronunciaron en contra de su ejecución.
El encargado de Derechos Humanos del Gobierno alemán, Markus Löning, dijo, consternado, poco antes de que se matara a Davis, que “hasta el momento hay serias dudas acerca de si Davis era o no culpable”, y agregó que un eventual error de la Justicia sería irreparable.
La familia del policía asesinado, sin embargo, no tuvo ningún tipo de miramientos y se declaró siempre a favor de la ejecución de Davis. “Tuvo suficiente tiempo para probar que era inocente”, dijo la viuda del policía. “Davis no es inocente”. Y la madre del oficial agregó que la familia “estaba dispuesta a cerrar ese capítulo”. Un capítulo que, seguramente, desde el punto de vista de los derechos humanos, todavía deja muchas páginas por delante.
Autor: Stephan Stickelmann, Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz