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Premio Nobel de la Paz para Colombia

7 de octubre de 2016

“Si yo fuese el presidente Santos compartiría el Premio Nobel con las víctimas, ellas son el corazón del proceso de paz”, dijo a DW Ramón Jáuregui, presidente de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana Eurolat.

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Norwegen Nobelpreis für Santos
Imagen: Reuters/NTB Scanpix/H. Junge

DW: El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, acaba de recibir el premio Nobel de la Paz. Usted acaba de volver de Colombia donde estuvo acompañando el plebiscito donde ganó el "no” al proceso de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. ¿Cómo percibe usted ahora esta noticia? ¿El presidente Santos se merece el galardón?

Ramón Jáuregui: Yo creo que sí. Su tesón y su valentía demostrada durante cuatro años para conseguir unos acuerdos como los que consiguió lo hacen acreedor a este premio. Colombia en su conjunto recibe un impulso enorme con el Nobel al presidente Santos.

Otra cosa es que tengamos pendientes los últimos detalles de la paz, porque el plebiscito no lo corroboró. Este premio puede ayudar a que también la oposición, el gobierno y las FARC acepten que queda un pequeño tramo por recorrer después del plebiscito y que sobre la base del camino andado puedan conseguir los últimos detalles de un final que esperamos sea venturoso para toda Colombia.

Una de las lecturas de la victoria del "no” en el plebiscito era precisamente que la comunidad internacional estaba más preparada para el proceso que la propia Colombia. En su opinión, ¿ratifica este premio esa lectura?

Juan Manuel Santos
Juan Manuel SantosImagen: DW/M. Banchon

Creo que la comunidad internacional se llevó una gran decepción, es evidente, toda ella creía que el pueblo colombiano iba a ratificar el acuerdo. De ahí lo más interesante es que al día siguiente, el pueblo de Colombia siguió palpitando con ánimo de paz. La interpretación del "no" fue también positiva en el sentido de continuar las negociaciones por el camino andado.

Hay dos recomendaciones sobre qué hacer: primero a los protagonistas del "no" que sean prudentes con su victoria muy pequeña y que sean capaces de contribuir a la generación de una estrategia común con el gobierno. Y las FARC también tienen que interpretar que el pueblo colombiano quiere que se perfeccione ese acuerdo. Que el texto acordado necesita puntualizaciones. Ésas son las que hay que conseguir en los próximos días, ojalá en las próximas semanas, ojalá incluso antes de fin de año.

Lea también: Juan Manuel Santos y la obsesión por la paz

Cuando se otorgó el Premio Nobel de la Paz por los Acuerdos de Oslo, el galardón se entregó a los dos actores involucrados, a  Israel y a Palestina. En este caso, ¿por qué no a Timochenko?

Porque, creo, todo el mundo sabe que la organización de las FARC ha mantenido demasiados años la violencia. No creo que lo merezcan. Creo que las FARC  hace ya mucho tiempo que tuvieron que dar estos pasos. Muy probablemente los jurados del Premio Nobel han percibido que en el seno de la opinión pública colombiana está la idea del rechazo a una organización que ha hecho mucho daño. En mi opinión, la interpretación del jurado es la correcta. 

La UE ha ratificado en diferentes instancias que va a seguir apoyando la paz. ¿Qué significa este Premio Nobel ahora que el fondo fiduciario está listo, que el Banco Europeo de Inversiones está dispuesto a aportar al posconflicto? ¿Este espaldarazo para el proceso de paz, se traducirá en más  fondos europeos para Colombia?

Ojalá que los países que han aportado al fondo fiduciario, que ahora son once, aumenten y que haya más. Ojalá que el proyecto económico del Banco Europeo de Inversiones se amplíe y que los programas de cooperación con Colombia aumenten. Creo que sería bueno. La UE ha mostrado tres signos de apoyo a la continuación del proceso de paz después del domingo.

Ramón Jáuregui Atondo
Ramón JáureguiImagen: DW/Mirra Banchón

El primero es , efectivamente, ratificar que el fondo fiduciario y los programas económicos van a seguir. El segundo es mantener como observador y enviado especial a Eamon Gilmore, es decir, mantener un hombre en el terreno para que siga el proceso. En tercer lugar, hemos mantenido el compromiso de excluir a las FARC de la lista de las organizaciones terroristas, por lo tanto mantener en suspenso las consecuencias de la pertenencia a esa lista. Ojalá que así sea y podamos hacer una exclusión definitiva.

Es más, en el Parlamento Europeo este mismo miércoles en Estrasburgo hemos debatido sobre el tema y ha habido unanimidad, todos los grupos políticos –y piense que no es fácil obtener la unanimidad en el Parlamento Europeo- nos hemos mostrado favorables a este compromiso de la UE con Colombia.

No hemos mencionado hasta ahora una palabra clave: las víctimas. ¿Cree que este Nobel debería ser compartido con algún proyecto para resarcir en algo el sufrimiento de tantas personas por tantas décadas?

Sí, creo que tiene mucha razón. Si con alguien tendría que compartir el señor Santos este premio es con las víctimas. Puedo decirle que he vivido la semana pasada hasta el domingo una experiencia inolvidable. Hemos hablado con muchas víctimas, en muchas comunas, en muchos lugares. Hemos estado en Montes de María, en Medellín, en Ibagué, en Bogotá. A mí me ha emocionado la generosidad de las personas, todas ellas muy humildes. Desplazados, procedentes del mundo rural colombiano. La generosidad con que extendían su perdón diciendo sí al plebiscito nos emocionó mucho.

De manera que sí, si yo fuera el presidente Santos y tuviera que compartir con alguien este premio, lo haría con las víctimas: ellas son el corazón del proceso de paz.