Estimular e inspirar: la nueva fórmula de Klinsmann para el Bayern
6 de julio de 2008En el flamante auditorio, cinco intérpretes ayudan a superar problemas de lenguaje; en el café, un cocinero premiado con estrella se ocupa de deleitar el paladar y en la biblioteca ofrecen pábulo para el intelecto los clásicos alemanes, de Goethe a Hesse.
El nuevo técnico del Bayern Múnich, Jürgen Klinsmann, ha convertido la legendaria sede del club en la calle Säbener de la capital bávara en una mezcla de spa y centro ultramoderno de rendimiento deportivo.
Pero Klinsmann, que llegó al tercer puesto del último campeonato mundial con los germanos, no sólo tiene previsto revolucionar materialmente al club alemán que cosechó la temporada pasada el vigésimo primer título.
"Vamos a erigir un sistema y una forma de juego activos y dominantes", explica el nuevo entrenador de los bávaros. "La forma en la que juegue el rival es secundaria".
El club alemán de mayor éxito no quiere volver a contentarse con la segunda fila europea. El año pasado sentó las bases con inversiones récord de 80 millones de euros, en especial en el fichaje de estrellas como Luca Toni y Franck Ribéry.
Con B de Buda y de Bayern
Esta temporada tocaba el turno a la infraestructura. "Esto no se ve en ningún lado en Europa", constató con entusiasmo el holandés y ex barcelonista Mark van Bommel.
También la prensa de Múnich expresó su admiración. "Bayern juega con Buda", tituló el vespertino "Abendzeitung" en alusión a unas grandes figuras de Buda que no pasan desapercibidas en el complejo de unos 2.000 metros cuadrados de superficie.
"Los budas nos proporcionan una cierta corriente de energía", opina Klinsmann, convencido de que en su nuevo oasis no primará únicamente el fútbol.
El técnico de 43 años sostiene que el partido se define en la mente del jugador y apuesta por mejorar la comunicación y la capacitación de los futbolistas.
"Lo que esperan es ser estimulados, inspirados", alega "Klinsi". "Para ello les suministraremos temas e ideas. Espero que haya un intercambio constante".
No habrá tiempo muerto en la nueva jornada laboral de ocho horas en el Bayern de Klinsmann, asegura. "Les ofreceremos de todo. Si uno quiere hacer yoga, le pondremos un instructor a disposición".
En español como el ganador de la Eurocopa
El proyecto es resultado del cúmulo de experiencias recogido por Klinsmann en Europa y en el continente americano. "De cada uno se puede aprender", destaca.
En Brasil pudo presenciar el trabajo de Carlos Alberto Parreira, mientras que en Estados Unidos recabó impresiones de la liga profesional de baloncesto NBA. "De allí saqué muchas ideas para el centro de rendimiento deportivo".
Personalmente, Klinsmann ha querido dar el ejemplo de su concepto de superación y se ha inscrito para cursos de español y portugués.
Klinsmann cree que el proyecto liberará mucha energía. "Quiero ayudar a cada jugador a alcanzar el próximo peldaño en su carrera", sostiene el campeón del mundo de 1990.
El primer balance una semana después de haberse estrenado como entrenador bávaro es positivo. "Los jugadores se mostraron muy entusiasmados y dispuestos a dar todo. Y comienza a gestarse un clima de armonía".