Espiral de violencia en Holanda
13 de noviembre de 2004La policía holandesa parte de que el incendio de la mezquita en la localidad de Helden, cerca de la frontera con Alemania, fue provocado intencionalmente. En la madrugada del sábado los bomberos acudieron al lugar del siniestro y tardaron media hora para sofocar las llamas. Un portavoz de la mezquita confirmó que las tres salas destinadas a la oración fueron consumidas por las llamas. Debido a las celebraciones del Ramadán, el período de ayuno islámico, se esperaban numerosos creyentes.
Desde el brutal asesinato del cineasta holandés Theo van Gogh, ocurrido en plena calle el pasado 2 de noviembre, se han registrado más de 20 ataques contra establecimientos musulmanes en los Países Bajos. Los blancos han sido templos cristianos y musulmanes, así como escuelas islamistas. En vano han sido los llamados a la cordura por parte de políticos. La Reina Beatriz intervino esta vez en persona y acudió a una escuela de musulmanes en Amsterdam, en un intento por pacificar la situación.
Intolerancia política y religiosa
Van Gogh, quien era descendiente del célebre pintor, había filmado una película crítica al Islam. La violencia se desencadenó cuando se supo que el autor del asesinato del cineasta había sido un joven de origen marroquí, enardecido por su fanatismo islámico. Esa fue ya la segunda vez que Holanda tenía que enfrentar un asesinato marcado por la intolerancia. En mayo del 2002, fue fulminado a tiros el político de extrema derecha, Pim Fortuyn, sobre el que Van Gogh preparaba su próxima película. El autor del asesinato fue un ecologista holandés, sin embargo Fortuyn, al igual que Van Gogh, tenía un discurso político provocador y de rechazo abierto al islamismo, lo que le ganó muchos simpatizantes. Esto fue un indicio para las autoridades, de que la tolerancia en Holanda, una de las características que más enorgullece a sus ciudadanos, había llegado a su límite.
La espiral de violencia pone en peligro el Estado de Derecho, ya sea que provenga de la comunidad musulmana o de los movimientos racistas de extrema derecha. En las grandes ciudades holandesas, como Rotterdam y Amsterdam, casi la mitad de los habitantes son de origen extranjero. Ahora políticos se preguntan si las autoridades han sido demasiado ingenuas al creer que era viable una sociedad tolerante dado su fuerte componente multicultural.
¿Radicalización de la sociedad?
También hay temor porque los ciudadanos de origen musulmán, muchos de ellos bien integrados y que han nacido en dicho país, se estén radicalizando. La semana pasada fue puesta en marcha una redada anti-terrorista tras la que fueron detenidos dos presuntos terroristas islámicos y otros cinco sospechosos. El gobierno prevé endurecer su legislación, dando mayor capacidad de acción a los servicios secretos y vigilando estrechamente a sospechosos de promover el islamismo radical.