Atentados extremistas en Holanda
10 de noviembre de 2004En la noche del domingo explotó una bomba delante de la escuela islámica "Tariq-Ibnu-Zyad", en Eindhoven. La detonación fue de tal magnitud que destruyó la puerta de la escuela, así como las ventanas de casas vecinas. Afortunadamente, a esas horas de la madrugada aún no se encontraba nadie en el edificio.
Ya durante el fin de semana se habían registrado atentados contra tres mezquitas en distintas ciudades holandesas. Contra un centro de inmigrantes en Amsterdam había sido arrojada pintura roja, en la noche del sábado 6 de noviembre. Además, ocurrieron otros incidentes en la ciudad de Rotterdam. La policía presume que estos atentados están relacionados con el reciente asesinato del polémico cineasta Theo van Gogh.
Asesinato a sangre fría
Van Gogh, sobrino bisnieto del célebre pintor, había sido acribillado y acuchillado en plena calle, en Amsterdam el pasado martes 2 de noviembre. El director de cine había sido amenazado de muerte en reiteradas ocasiones debido a su más reciente película. Se trataba del cortometraje "Submission", que criticaba el Islam y había sido emitido recientemente por televisión. La muerte de van Gogh causa consternación y miedo en Holanda, ya que no se sabe si la tan tolerante sociedad neerlandesa estará dando un vuelco extremista. El presunto asesino de Theo van Gogh es un marroquí de 26 años de edad que confesó ser un islámico radical convencido.
"Un país de minorías"
Tanto el asesinato de van Gogh, como los actos de violencia ocurridos en consecuencia resultan chocantes para la sociedad holandesa, famosa por ser tolerante y abierta. "Los Países Bajos son una nación de minorías", dijo Friso Wielenga, director del Centro de Estudios de los Países Bajos, en Münster, y añadió "aquí siempre dependimos los unos de los otros. Incluso en la política siempre fue necesario hacer coaliciones y así aprendimos a encontrar compromisos viables".
Conflictos y soluciones
Parece ser que detrás de la buena disposición holandesa para encontrar compromisos, se ocultaban los verdaderos problemas. "La política de integración practicada durante los últimos 20 o 30 años no sirvió de mucho", se lamenta Wielenga. "Las perspectivas de futuro de los jóvenes marroquíes son desastrosas". Mientras que se reconocen los problemas causados por la falta de integración se buscan soluciones rápidas para evitar nuevos conflictos. La primera reacción de la ministra holandesa de Asuntos Extranjeros e Integración, Rita Verdonk, es aplicar una política más severa contra los extranjeros. Los futuros inmigrantes deberán someterse a una estricta prueba, que decidirá si son aptos para vivir en Holanda.