¿Eran ucranianos los saboteadores del gasoducto Nord Stream?
9 de marzo de 2023Lunes, 26 de septiembre de 2022. Buen tiempo, aguas del Mar Báltico en calma. Poco después de las dos de la madrugada, un sismógrafo registra un temblor, con epicentro a unas doce millas náuticas al sureste de la isla de Bornholm. Esa misma tarde, alrededor de las 19:00 horas, la aguja del sismógrafo vuelve a delatar otro temblor, esta vez con epicentro al noreste de Bornholm. Rápidamente, queda claro que no se ha tratado de un terremoto, sino de explosiones.
¿Qué sucedió?
La primera detonación provocó una fuga en el conducto A del gasoducto Nord Stream 2, que también resultó dañado en un segundo punto. Además, varias explosiones destruyeron un tubo del gasoducto hermano Nord Stream 1 a lo largo de unos 250 metros. En ambos lugares, las burbujas de gas subieron a la superficie del agua en un radio de hasta un kilómetro. Las imágenes del acto de sabotaje dieron la vuelta al mundo, pero el trasfondo de lo sucedido todavía no está claro.
En Alemania, se hizo cargo de la investigación el fiscal general, una figura a la que se involucra cuando existe la sospecha de que se trata un delito contra la seguridad del Estado. Los resultados de su investigación acaban de ser publicados por una una red de investigación de las cadenas públicas ARD, SWR y el semanario Die Zeit.
¿Qué se ha sabido sobre el curso de los acontecimientos?
Al parecer, un comando compuesto por cinco hombres y una mujer alquiló un yate en Rostock el 6 de septiembre de 2022, dos semanas y media antes de que se produjeran las explosiones. La nave fue cargada con material explosivo, que había sido transportado hasta el lugar en un camión.
En enero de 2023, el fiscal federal hizo registrar la embarcación. Según publica la red de investigación periodística, los investigadores encontraron pequeños residuos de explosivos en la cabina del yate. Supuestamente, los perpetradores avanzaron a través de los pequeños puertos de Wieck y Christianso, en el Mar Báltico, hacia el área de la explosión posterior.
En los lugares donde se produjeron las explosiones, discurren los tubos del gasoducto a una profundidad de unos 80 metros bajo el nivel del agua. Es muy probable que las cargas explosivas tuvieran un mecanismo de relojería. Solo buzos entrenados profesionalmente pueden alcanzar tales profundidades. Supuestamente, al menos dos de los seis saboteadores eran buzos entrenados, otros dos miembros del comando se dedicarían a la seguridad, mientras que la mujer sería médico. Según un informe del New York Times, no hay evidencia de que estos buzos estén al servicio de algún ejército o agencia de inteligencia.
¿Qué tiene esto que ver con una posible participación de Ucrania en el sabotaje?
Según los últimos hallazgos, los atacantes utilizaron pasaportes falsificados de forma profesional para alquilar el yate. Hasta el día de hoy, no está clara cuál es su nacionalidad real.
Ya en el otoño de 2022, un servicio secreto occidental dijo que se había tratado de un comando ucraniano. Actuamente, hay otros indicios que apuntan a la posible participación de al menos un grupo proucraniano. El alquiler del yate fue efectuado a través de una empresa con sede en Polonia y propiedad de dos ucranianos. A partir de ahí, existen otras conexiones que conducen a otras personas ucranianas.
Las primeras reacciones oficiales a los hallazgos publicados hasta ahora son cautelosas. Por su parte, el principal asesor de Zelenski, Myjailo Podoliak, ha rechazado de inmediato en Twitter cualquier participación de las autoridades ucranianas.
¿Qué especulaciones hay sobre lo sucedido?
La realidad es que tanto Ucrania como muchos de sus aliados tienen un motivo perfectamente comprensible para llevar a cabo tal acción. El Gobierno de Kiev, pero también países occidentales como Polonia, EE. UU., Gran Bretaña y Francia, han sido extremadamente críticos con el gasoducto durante años, ya que ha permitido a Rusia vender su gas más fácilmente en los mercados europeos.
Poco después del sabotaje, Rusia acusó al Gobierno de Londres de ser responsable del atentado, pero sin poder presentar prueba alguna. Por el contrario, inmediatamente después del ataque, EE. UU. y algunos países europeos sospecharon que Rusia había llevado a cabo el acto de sabotaje, ya que Moscú tiene la capacidad para tal operación y los servicios secretos occidentales ya lo habían responsabilizado por varias acciones disruptivas en Europa.
Por su parte, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ha planteado la posibilidad de que se haya tratado de una operación de "falsa bandera", en la cual actores rusos podrían haber puesto deliberadamente pistas falsas para culpar a Ucrania por el sabotaje. Sin embargo, el Gobierno de EE. UU. no ha tenido hasta ahora evidencia alguna de participación del Gobierno ruso.
¿Y si el propio Estados Unidos se encontrara detrás del ataque? El conocido periodista de investigación estadounidense Seymour Hersh causó sensación con su teoría de que fueron buzos de la Marina de los EE. UU. quienes llevaron a cabo las detonaciones, siguiendo instrucciones del presidente estadounidense, Joe Biden. Sin embargo, Hersh solo se refiere a una única fuente anónima y hay numerosas inconsistencias en su versión de los hechos. El Gobierno de los EE. UU. negó de inmediato esa versión.
(ms/rml)