Moscú saca provecho del presunto sabotaje al Nord Stream
29 de septiembre de 2022El Kremlin rechaza airado las acusaciones de que Rusia estaría detrás del sabotaje al gasoducto en el mar Báltico. Putin también sostiene que Rusia no emprendió una guerra contra Ucrania. O que su país no ataca objetivos civiles ucranianos.
Putin calificó igualmente de tontería el reproche de que Moscú utiliza la energía como arma. Antes del ataque a Ucrania, el presidente ruso y su ministro de Relaciones Exteriores habían negado cualquier intención en este sentido. Ahora sostienen que en los seudorreferendos en este de Ucrania, todo están a favor de la adhesión a Rusia. La lista de mentiras podría prolongarse.
Burdas amenazas
Si ahora el gobierno ruso niega tener cualquier responsabilidad en los "incidentes” en el Báltico, nadie puede tomarlo en serio. Este gobierno perdió hace tiempo hasta el último vestigio de credibilidad o seriedad. Lo único que le queda es el temor a perder el poder, la perspectiva de perder la guerra en Ucrania y a tener que rendir cuentas por sus propios crímenes. Un miedo que se manifiesta en un griterío histérico y burdas amenazas dirigidas a Occidente. Si Rusia está tan segura de triunfar sobre el mundo civilizado, ¿dónde queda su calma?
En el campo de batalla, las cosas no transcurren como las había planeado Moscú. Por el contrario. Un ejército pequeño en comparación con el ruso, pero altamente motivado, planta cara al aparato militar de Moscú. El mundo entero mira, incluyendo a China. Ya por eso, Putin ha causado perjuicios permanentes a la autoridad de Rusia: si los soldados ucranianos son superiores al Ejército ruso, ¿cuánto más valdrá esto para China, Turquía o muchos otros países? El antiguo empeño de Putin de ser percibido como un igual de Estados Unidos, por lo menos en el aspecto militar, se esfumó en el este de Ucrania.
¿Quién se beneficia?
Dado que pasarán semanas hasta que sepamos más sobre el trasfondo de los sabotajes de las tuberías de gas en el Báltico, de momento solo se puede especular. ¿Quién se beneficia de estos actos? Ciertamente, no Europa. Pero tampoco Estados Unidos. Porque con el ataque de Putin a Ucrania, los estadounidenses ya habían logrado su objetivo: la agresión rusa transformó el gasoducto Nord Stream 2, otrora manzana de la discordia transatlántica, en un montón de chatarra en el fondo del mar.
Entretanto, Europa hace todo lo que puede por reducir las importaciones de materias primas de Rusia, en lo posible a cero. Tras problemas iniciales, lo conseguirá. De seguro, pagará por ello un alto precio en el plano económico. Su bienestar se reducirá. Pero podrá superarlo.
Rusia no fabrica nada competitivo
El panorama es mucho peor para Moscú. Rusia vive de la venta de materias primas, especialmente a Europa, debido al trazado de las tuberías. ¿De qué ha de vivir Rusia si Occidente ya no quiere su petróleo, gas, oro, níquel y otras materias primas, aunque tengan menor precio que las del mercado internacional?
Rusia no produce nada que pueda vender en el exterior. El gobierno de Putin ha demostrado durante 20 años que no puede modernizar su economía nacional. En el norte de África y muchos países árabes hay suficiente petróleo. La reorientación hacia los mercados asiáticos anunciada por Moscú tomará décadas. No hay que ser profeta para vaticinar desde ya que también ese objetivo del gobierno ruso es un espejismo.
La salida del chantaje
¿Qué hacer entonces? Intentar extorsionar una vez más a Occidente. Ahora Rusia presuntamente atacó sus propias tuberías, las de Gazprom. Pero el mensaje dirigido a Europa es: la próxima vez podrían ser los gasoductos que van de Noruega a Polonia o de África a Italia. Los submarinos rusos pueden atacar en cualquier parte.
Occidente no puede dejarse extorsionar, ni lo hará. La OTAN no está indefensa. La necesidad de proteger la infraestructura crítica es una razón más para elevar drásticamente los presupuestos de defensa de los países occidentales. También para que sus buques de guerra y submarinos puedan mostrar más presencia en el Báltico, en el Atlántico norte y en el Mar Negro.
(ers/cp)