Entrenadores se perfeccionan en Alemania en un programa intensivo
11 de marzo de 2012Con su infaltable mate y las ganas de perfeccionarse como entrenadora de fútbol, partió el 2011 la uruguaya Lucía Maisonneuve a Leipzig. Era la primera vez que esta Licenciada en Educación Física, Recreación y Deportes y estudiante de Fisioterapia, de 29 años, viajaba a Alemania. “Considero muy importante viajar y estudiar en el exterior para profundizar en materia profesional. El deporte en particular comparte reglas, símbolos a nivel mundial, lo que hace fundamental la formación internacional”.
Como Lucía, cada año participan alumnos de todo el mundo en los Cursos Internacionales de Entrenadores, ITK, de la Universidad de Leipzig. Este programa intensivo de cinco meses para profesores de educación física y entrenadores extranjeros tiene una serie de atractivos: educación de excelencia, beca de estudios y clases traducidas a cuatro idiomas: inglés, francés, árabe y español.
La oferta incluye doce disciplinas deportivas (Fútbol, Básquetbol, Vóleibol, Balonmano, Atletismo, Halterofilia, Gimnasia artística, Natación, Boxeo, Judo, Lucha y Tenis de mesa) y tres especialidades (Deporte para discapacitados, Psicología deportiva y Preparación física).
La cantidad y variedad de disciplinas y de participantes lo convierten en un programa de postgrado único. El curso cuenta con una beca que cubre gastos de matrícula y estadía. En la práctica, los alumnos estudian completamente gratis, sólo tienen que pagar su pasaje de ida y vuelta.
“Con este programa buscamos desarrollar el deporte en los distintos países. En África, por ejemplo, hay lugares donde no existe el tenis de mesa y con este curso los alumnos pueden empezar a desarrollarlo”, indica Daniel Eckert-Lindhammer, gerente administrativo del ITK. Algo similar ha ocurrido con la gimnasia artística o el balonmano en Paraguay y Perú.
Entrenadores para el mundo
El primer curso se realizó en 1964, con 28 participantes de Asia y África en la antigua Escuela Superior de Educación Física de Leipzig. Tras la reunificación alemana, los cursos fueron incluidos en el Programa de la Política Cultural y Educativa Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores, que lo organiza en cooperación con la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Leipzig.
“Hacemos estos cursos para darle una nueva perspectiva a cada estudiante y una perspectiva de vida en el deporte también a sus alumnos. Aquí aprenden el “cómo hacer”, cómo elaborar una estructura en un programa de entrenamiento con alumnos y también detalles de cada deporte”, dice Daniel Eckert-Lindhammer.
Desde 1991, el ITK ha realizado 168 cursos con un número de 2163 participantes provenientes de 115 países. Los más solicitados son fútbol, atletismo, básquetbol y últimamente deporte para discapacitados. En la selección, el ITK busca dar oportunidades tanto a hombres como mujeres y a alumnos de países distintos. Las postulaciones se realizan en las embajadas alemanas.
Además de profesionalizar la enseñanza deportiva en sus países, algunos ex alumnos se han convertido en dirigentes o seleccionadores nacionales. Sixto Vizuete, ex alumno del ITK, llegó a ser director técnico de la selección nacional de fútbol de Ecuador.
La ola latina
En los últimos 20 años, más de 700 alumnos de Latinoamérica han participado en los cursos del ITK. Conocidos por su estilo animado, colorido y bullicioso, la mayoría viene de México, Colombia, Argentina y Uruguay. Para ayudar a la adaptación, los mismos alumnos y ex alumnos latinos han creado un sitio web con todo tipo de datos prácticos, desde cómo llegar al albergue hasta cómo funciona el reciclado o cómo se hacen las camas en Alemania.
En general se integran rápido, aunque “difícilmente se adaptan al clima. También es diferente la alimentación, el ritmo de vida, la mentalidad… pero en el nivel académico no son tantas las diferencias y vienen con una buena preparación previa”, cuenta Elke Kosel, traductora de los cursos en español.
“En Latinoamérica el deporte número uno es el fútbol y en Alemania el peso de las distintas disciplinas es más equilibrado”, dice Kosel. La infraestructura y materiales disponibles marca una diferencia y los alumnos quedan sorprendidos de que no hay carencia de implementos.
Con el ITK aprenden teoría y práctica de un deporte específico, y también teoría del entrenamiento, medicina, pedagogía y psicología deportiva, entrenamiento de la fuerza y masaje para deportistas.
Pero no todo es clases. También hay actividades recreativas y culturales, como un paseo a Berlín. Lucía Maisonneuve tuvo la suerte de asistir al Mundial Femenino de Fútbol Alemania 2011. “Aprendí mucho en el curso. Un abordaje distinto de los contenidos ya conocidos es muy enriquecedor, así como conocer las experiencias de los demás compañeros y compañeras. Rara vez existe la posibilidad de compartir con personas de tantos países distintos“, indica.
“Pude aplicar más del curso de lo que hubiera esperado”, cuenta Lucía. Al regresar a su país comenzó a trabajar como preparadora física de la selección uruguaya de Futsal femenino y en la escuela de fútbol de niñas de la Asociación Uruguaya de Fútbol.
Junto con el diploma, se fue cargada de nuevas amistades y anécdotas: “En Uruguay tenemos la costumbre de tomar mate, que se comparte y todos tomamos de la misma bombilla y del mismo mate. La gente siempre se asomaba a mirar que estábamos tomando. Un día viajábamos en tren y tal fue la curiosidad que terminamos haciendo una ronda de mate con toda la gente de ese vagón. Todos probaron y fue muy divertido”.
Autora: Victoria Dannemann
Editora: Claudia Herrera Pahl