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Entre la locura y la escultura

Enrique López Magallón28 de febrero de 2007

En la ciudad de Heidelberg son exhibidas las "sillas flotantes" creadas por un enigmático personaje del siglo XVIII. ¿Era James Tilly Matthews un esquizofrénico, o sufrió una venganza de un médico delirante?

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Obra del paciente August Klett. Foto: Dagmar Welker.Imagen: presse

La Colección Prinzhorn es quizá única en su especie: contiene exclusivamente obras de arte realizadas por pacientes de hospitales psiquiátricos de Suiza y Alemania, entre 1890 y 1920.

Kunstwerke von Psychiatriepatienten Sammlung Prinzhorn in der Voßstraße Heidelberg Air Loom.
Las misteriosas "sillas flotantes" de Matthews.Imagen: presse

La muestra permanente tiene su sede en la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Heidelberg. Consta de cerca de 5.000 piezas, entre acuarelas, bosquejos, cartas y otros textos, además de esculturas.

De acuerdo con los registros de la exposición, muy pocos de los pacientes contaban con una instrucción formal en artes plásticas. La mayoría se encontraban internos a causa de padecimientos relacionados con la esquizofrenia.

El caso Matthews

Un caso especial, sin embargo, es el que ocupa actualmente, y por poco tiempo, la sala principal de la Colección Prinzhorn. Pero para explicarlo hay que hablar primero de su autor.

Se trata de James Tilly Matthews, uno de los pacientes más célebres del hospital Bedlam, de Inglaterra. Era un comerciante de té, y cuya militancia política lo llevó a la reclusión.


Además de sus actividades mercantiles, Matthews mantenía contacto con políticos y dirigentes considerados como "revolucionarios". También realizó labores de mediación entre Gran Bretaña y Francia, durante el conflicto que separaba a ambas naciones a finales del siglo XVIII. Se le acusó entonces de ser un doble agente y, bajo la misma suposición, se le adjudicaron rasgos de esquizofrenia.

Kunstwerke von Psychiatriepatienten Sammlung Prinzhorn in der Voßstraße Heidelberg.
Otro cuadro de la exposición.Imagen: presse

Cerca de 1810, Matthews realizó un diseño con unos aparatos llamados que denominó "air loom"; o sea, algo así como "sillas flotantes". De acuerdo con él, una banda de maleantes se servía de los aparatos para crear ondas de aire fuertemente cargadas de magnetismo que, a su vez, sembraban en su cerebro ideas delirantes.

Con el correr de las décadas, y ya muerto Matthews, algunos personajes han fabricado aparatos siguiendo los diseños. Uno de estos prototipos se encuentra precisamente en la sala de exposiciones de la Colección Prinzhorn.

Las máquinas y la locura

Según el Dr. Thomas Fuchs, quien trabaja en la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Heidelberg, no es rara la aparición de máquinas en los delirios de pacientes que atribuyen a determinados aparatos cualidades suficientes para influir en la mente.

Algunos esquizofrénicos se muestran convencidos, por ejemplo, de que Bill Gates ha intervenido personalmente para estropear sus computadoras personales. Otros afirman que sus pensamientos son esparcidos por Internet a través de las cámaras conectadas a sus ordenadores.

Liegender Akt
Cuadro de Picasso: ¿genialidad o locura?Imagen: Succession Picasso/ VG Bild-Kunst Bonn 2005

Por supuesto, ante estas obras de arte surge la pregunta sobre si el paciente está realmente enfermo o no. La familia de Matthews, por ejemplo, nunca aceptó la versión sobre su locura y luchó por que fuera liberado.

Incluso se ha llegado a pensar que la leyenda negra que pesa sobre él fue una venganza del médico que lo atendía. En 1815, el galeno fue sometido a una investigación gubernamental en la que, en medio de un escándalo, el especialista perdió su licencia médica y su puesto.

El paciente, por su parte, fue dejado en libertad y absuelto de todo diagnóstico negativo. Murió un año más tarde dejando tan sólo el dibujo de las misteriosas sillas en las que, quizá, se encuentre la clave de una mente privilegiada y oscura.