Entre Guyana y la UE, ¿solo productos madereros legales?
17 de febrero de 2023"Uno de los retos en Guyana será que los representantes de las poblaciones que están a seis horas de la capital lleguen a sentarse a la mesa de negociación de este acuerdo para la gobernanza y el comercio de bienes forestales a ser exportados a la Unión Europea”, explica a DW Alexandra Benjamin, de Fern, organización que se dedica a la defensa de los bosques y sus habitantes.
Para un país que está cubierto en un 84 por ciento por selvas y cuya ecorregión forestal húmeda abarca casi todo el territorio nacional, la gobernanza de los bosques es crucial. La tala indiscriminada, así como la minería legal e ilegal, amenazan a la selva y a sus habitantes. El trece por ciento del territorio esta adjudicado a lo que Guyana denomina como "aldeas amerindias”.
El momento es importante para este acuerdo voluntario entre la UE y la República Cooperativa de Guyana. Con la nueva regulación europea que, a partir de 2024, no permitirá que entren al mercado europeo productos que causen deforestación, regular la gobernanza de productos madereros de exportación -troncos, madera aserrada, traviesas de ferrocarril, madera contrachapada y chapa- es de suma importancia.
Aunque este tipo de acuerdos voluntarios (VPA) hasta ahora no han incluido el aspecto de la deforestación, "el acuerdo con Guyana, el más reciente de todos, está apenas comenzando, y en la UE hay mucha voluntad de incluirlo”, explica Benjamin.
Acuerdos anteriores
Este tipo de acuerdos se encuentran en vigor con Ghana, Liberia, República del Congo, Vietnam y la República Central Africana. Permiten que, una vez que autoridades nacionales, poblaciones y empresas han definido lo que es "legal" y cómo implementarlo, los productos madereros reciban un sello (FLEGT) que es su entrada directa al mercado común europeo.
"Con las nuevas regulaciones en curso -tanto de deforestación como de derechos humanos-, ya no tendrán esa entrada directa”, advierte Alexandra Benjamin.
Con todo, según la especialista, estos acuerdos han sido transformadores para algunos países, pues han permitido la trazabilidad de los productos y, como han generado instrumentos legales, se logró, por ejemplo, defender los intereses de las comunidades propietarias de bosques. Se trata tanto del consentimiento como del reparto de beneficios.
¿Oportunidad de desarrollo?
Hay que recordar que el sector forestal de Guyana contribuye en un dos por ciento al ProductoIinterno Bruto (PIB) del país y en un seis por ciento, a la creación de empleo. Por el momento sólo el ocho por ciento de la producción se dirige a Europa (datos de 2018). El acuerdo con la UE "puede ofrecer a Guyana más oportunidades de exportación y a nuevos mercados lo que acrecentaría sus oportunidades de desarrollo”, se afirma en una resolución aprobada esta semana en la Eurocámara.
Es más: teniendo en cuenta la ubicación del país en la región sudamericana, y estando este asociado al Mercosur, "se subraya la necesidad de abordar la dimensión regional de la explotación forestal ilegal y del transporte, así como la transformación de la madera ilegal a lo largo de toda la cadena de suministro”, recuerda la resolución.
"Los acuerdos de la UE como éste con Guyana buscan y canalizan la cooperación con los Estados para el control forestal”, dice a DW Anna Cavazinni, presidenta de la comisión de Mercado Interior de la Eurocámara.
"Son un buen instrumento, pero la verdadera espada afilada será la "regulación de deforestación” que impedirá a productos que la causen -en toda la cadena de valor- entrar al mercado europeo”, subraya.
En este contexto, Alexandra Benjamin se alegra de que el acuerdo con Guyana, el primero con un país sudamericano, esté en su fase incipiente y pueda incluir las nuevas regulaciones. Esto será más difícil en acuerdos que están en estadios más avanzados de negociación, como el de Indonesia y el de Honduras .
"Las nuevas regulaciones pueden significar un peso muy grande para los pequeños productores, que no podrán competir. Habrá que tener muy en cuenta en las negociaciones cuánto apoyo se les da a los más pequeños para que el acuerdo no represente más pobreza, sino que apoye los derechos de las selvas de Guyana y de sus habitantes”, concluye.
(cp)