"En 2010, la presencia de Alemania en América Latina debería aumentar"
8 de marzo de 2010Chile fue la primera escala en la gira latinoamericana de Guido Westerwelle, el ministro de Exteriores y vicecanciller alemán. Allí, el liberal hizo entrega de 630.000 euros en concepto de ayuda humanitaria para contribuir a paliar las consecuencias del grave terremoto vivido en el país.
La siguiente etapa del viaje es Argentina. "Abrirle puertas a las empresas alemanas va a ser una de las cuestiones centrales de mi política exterior", aseguró Westerwelle ante la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana de Buenos Aires. Uruguay y Brasil seguirán como los dos últimos destinos de la comitiva germana.
Junto al conjunto del recién constituido Gobierno alemán, Westerwelle asumió la jefatura de la diplomacia alemana a finales de octubre de 2009. ¿Qué valor se le puede conceder a su visita a América Latina, y sobre todo al hecho de que ésta acontezca en tan temprana fecha? Deutsche Welle conversó con Günther Maihold, experto en la región de la Fundación Ciencia y Política de Berlín.
Deutsche Welle: No lleva ni siquiera un año en el cargo y Guido Westerwelle emprende viaje oficial a América Latina. Otros antes que él necesitaron mucho más tiempo, ¿es éste un gesto con significado?
Günther Maihold: Sería lo deseable- que tuviera significado a largo plazo. Principalmente, porque las expectativas de América Latina con respecto a Alemania son altas, y porque el Gobierno alemán haría bien en darle a la historia de las relaciones entre ambas regiones un formato más moderno.
¿Por qué cree usted que la política alemana se ha interesado tan poco en los últimos años por América Latina?
La política exterior alemana está muy orientada a las zonas en crisis y América Latina se percibe desde hace algún tiempo como una región poco conflictiva. En esto se olvida que, para mantener una asociación, hay que invertir en ella. Alemania tiene mucho trabajo pendiente de cara a su tradicionalmente buena relación con América Latina.
… porque, aunque políticamente la región ya no tenga el atractivo de los 80, económicamente sigue siendo muy importante para Alemania, ¿cree que el desinterés haya podido dañar las relaciones comerciales entre ambas zonas?
Resulta evidente que, desde el punto de vista económico, Alemania ha perdido posiciones en América Latina. Seguimos estando presentes- sobre todo en Argentina, Brasil y México- pero falta inversión y las relaciones comerciales no son especialmente dinámicas. Es decir, que los impulsos son necesarios. Y teniendo en cuenta que América Latina tiene gran interés por ampliar su infraestructura- tanto tradicional como digital-, las oportunidades son buenas y la economía alemana debería de participar de ellas.
¿Es ése el motivo por el que Westerwelle emprende tan pronto su viaje a América Latina?
Bueno, en otras partes del mundo ya ha estado. Es buena señal que haya colocado ahora a América Latina en su agenda y, sí, me imagino que la razón es tratar de dinamizar la relación económica.
Westerwelle visita Chile, Argentina, Brasil… falta Colombia, la novedad en parte es Uruguay, pero en general se trata de los "sospechosos habituales", ¿debería el ministro de haber extendido su viaje a otros países o son estos los que importan a Alemania?
Argentina y Brasil son los socios tradicionales de Alemania; Chile se ha añadido a la lista por la actual situación tras el terremoto y Uruguay, cabe no olvidar, juega un papel importante como elemento de equilibrio dentro del Mercosur. Y el Mercosur es el principal socio comercial de Europa en América Latina. Por lo tanto, puede decirse que la selección es la correcta.
Hay que tener en cuenta, además, que la canciller viajará a finales de año a México para participar en la cumbre posterior a Copenhague. El resultado es que, en este 2010, la presencia de Alemania en América Latina debería aumentar.
Pero con Bolivia y Venezuela, ¿mejor no mezclarse?
La cuestión principal es con quién existen puntos en común. La relación con Venezuela, Bolivia o Ecuador requiere de un trabajo mucho más intensivo. Las diferencias en la visión política son aquí de base. Sería recomendable buscar el diálogo con estos países, pero mejorar por la vía rápida la cooperación con ellos no es posible.
Nueva estrategia para América Latina y Latinoamérica vista desde Europa, ¡siga leyendo!
El secretario de Estado alemán Werner Hoyer acaba de anunciar una nueva estrategia para América Latina, ¿cómo valora usted esa iniciativa?
Si realmente está listo, como se pretende, a mediados de este año, el nuevo concepto para América Latina será, igual que el viaje de Westerwelle, otra señal, otro intento de simbolizar hacia dónde se quiere que vaya la relación entre Alemania y el subcontinente. Un paso al que deberán de seguirle otros más.
Todo esto, ¿va a tener consecuencias prácticas? ¿Vamos a ver, por ejemplo, a Alemania defendiendo en Europa el acercamiento a la región?
Dentro de Europa existen diferentes corrientes de intereses con respecto a América Latina. Por un lado está Sarkozy, que se ocupa especialmente de Brasil, a quien quiere transferir tecnología y con quien colabora en el ámbito de la energía nuclear; por otro lado está España, que juega tradicionalmente un papel destacado, sobre todo en el sector bancario y de telecomunicaciones. Y luego tenemos a Alemania, que podría obtener su rol en el campo del desarrollo y la renovación de las infraestructuras.
Eso significa que, más allá de la cumbre UE-América Latina del próximo mayo, vamos a seguir viviendo intentos de mejora de los contactos con América Latina por parte de algunos países comunitarios interesados en ellos, y esperemos que esto impregne la posición del conjunto de la Unión con respecto a Latinoamérica.
Autora: Luna Bolívar Manaut
Editor: Pablo Kummetz