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Emergencia climática: la vía judicial podría ser vital

10 de agosto de 2021

Un nuevo informe del IPCC hace advertencias nefastas. Sin embargo, los líderes mundiales y los grandes contaminadores hacen poco por reducir las emisiones. Según Stuart Braun, el litigio climático sería la única salida.

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Incendios forestales en Australia, en 2019.
Incendios forestales en Australia, en 2019.Imagen: Reuters/AAP Image/D.

Después de un mes de inundaciones e incendios forestales sin precedentes en Europa, no es sorprendente descubrir, una vez más, que el calentamiento global provocado por el hombre es el culpable de esas catástrofes.

El último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) se ha basado en nuevas y más amplias fuentes de datos para confirmar que la llegada de CO2 a la atmósfera está afectando irremediablemente a nuestro clima.

Ahora nos enteramos de que el planeta podría calentarse 1,5 grados centígrados (2,7 grados Fahrenheit) en comparación con el año 1900 en un lapso de 15 años, algo que podría haberse evitado hasta finales de siglo si lográsemos reducir las emisiones tal como se acordó en París en 2015.

Pero también nos han vuelto a decir que aún no es demasiado tarde. Si el mundo todavía puede alcanzar las emisiones netas cero para 2050, las temperaturas aumentarán solo un poco más de 1,5 grados antes de estabilizarse. En ese escenario, incluso se reducirán para 2100.

Stuart Braun, periodista de DW.
Stuart Braun, periodista de DW.Imagen: DW/J. Collins

¿Existe la voluntad política para que esto ocurra? No, según los datos actuales. Las promesas de los acuerdos climáticos de París, inadecuadas hasta la desesperanza, nos han llevado a un calentamiento de unos 3 grados para el final del siglo.

Ahora mismo, las temperaturas han aumentado 1,1 grados centígrados, y los incendios climáticos, las inundaciones y el aumento del nivel del mar ya se ciernen sobre nosotros. Si alcanzamos los 3 grados, estaremos en graves problemas.  

Las emisiones deben disminuir ahora para poder cumplir los importantes objetivos de reducción de 2030. Por el contrario, se prevé que aumenten en 2021 tras la caída del año pasado debido a la pandemia del coronavirus.

Statu quo de altas emisiones de carbono

El año pasado, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sugirió que, simplemente invirtiendo en empleos e infraestructuras verdes y eligiendo políticas respetuosas con el clima, los líderes mundiales podrían reducir las emisiones en una cuarta parte para 2030. Las soluciones sugeridas incluían el fin de las subvenciones a los combustibles fósiles, la prohibición de nuevas plantas de carbón y la reforestación.

Pero en lugar de eso, la mayoría de los países ricos siguen apoyando un "statu quo de altas emisiones de carbono", declaró el PNUMA.

Aunque el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha empezado a revertir algunas de las desastrosas políticas a favor de los combustibles fósiles de su predecesor, Donald Trump, el mayor problema está en los detalles de la promesa de cero emisiones netas del mayor emisor histórico de carbono del mundo.

Mientras tanto, el compromiso de descarbonización de China para 2060 también podría ser demasiado poco, y llegar demasiado tarde. Y Australia, el segundo mayor emisor per cápita de la OCDE, donde las "tormentas de fuego” hicieron estragos durante meses en 2019 y 2020, se ha negado a comprometerse con el cero neto para 2050, además de promocionar una recuperación económica tras la pandemia  "impulsada por el gas".

En Grecia se siguen registrando incendios forestales.
En Grecia se siguen registrando incendios forestales.Imagen: Petros Karadjias/dpa/AP/picture alliance

Es hora de exigir a los contaminadores

Afortunadamente, está surgiendo rápidamente una nueva táctica en la lucha por la rápida descarbonización. Los activistas y los jóvenes están acudiendo a los tribunales y demandando a los gobiernos y a las empresas de combustibles fósiles. Argumentan, con éxito, que los contaminadores amenazan su futuro y, por tanto, sus derechos humanos.

El Gobierno alemán se ha visto obligado a plantear objetivos climáticos más ambiciosos; a las grandes petroleras, como Shell, se les ha ordenado reducir drásticamente las emisiones -un 45% en 10 años- y pagar miles de millones en multas. Sus accionistas también se están rebelando y exigiendo acciones climáticas.

Un tribunal supremo dijo al Ministerio de Medio Ambiente de Australia que tiene el deber de cuidar a los niños australianos, que podrían sufrir "daños catastróficos" si se aprueba la ampliación de una mina de carbón.

Por su parte, Kaisa Kosonen, que trabaja en política climática en Greenpeace, dijo que llevará el informe del IPCC a los tribunales tras su publicación. Kosonen añadió que la reciente e histórica victoria legal sobre Shell en los Países Bajos fue posible gracias al respaldo de los científicos del IPCC.

A pesar de toda la buena voluntad creada en las calles por las protestas climáticas de los estudiantes y de Fridays for Future, la presión pública por sí sola no está obligando a los parlamentos a actuar. Es a través de la ola de litigios climáticos, que está a punto de llegar a los tribunales de todo el mundo, que los propios ciudadanos pueden desencadenar una rápida descarbonización, y evitar un calentamiento global catastrófico.

(ct/cp)