Elecciones para Europa
8 de junio de 2004
En todas las capitales de los países miembros de la UE se celebró a lo grande la ampliación el pasado primero de mayo. La Europa de los 25 no ha cumplido ni un mes de vida y la apatía parece haberse apoderado de los ánimos de los votantes. En todo caso será necesario un esfuerzo sin precedentes para movilizar a 350 millones de votantes que han sido convocados a las urnas para decidir la composición de un parlamento de 732 miembros.
La Unión Europea ha reconciliado enemigos históricos y, con la reciente ampliación, ha dado un salto hacia la unificación en paz de un continente durante muchos siglos desgarrado y dividido.
Retroceso electoral
En 1979 tuvieron lugar las primeras elecciones directas al Parlamento Europeo. Entonces se registró una participación que sólo soñando se alcanzaría en junio. Tan sólo en Alemania, un 65 por ciento de los votantes fue a las urnas. Dentro de dos semanas, según las últimas encuestas, el promedio europeo será de apenas 50%. Hay que mencionar que las diferencias de país a país son inmensas. Bélgica se beneficia de que al mismo tiempo tienen lugar elecciones regionales. En dicho país se registrará –según las encuestas- la mayor participación electoral. El último lugar lo ocupa la República Checa, donde se estima que tan sólo un 20% de la población acudirá a las urnas.
Los temas políticos, como la necesaria adopción de una constitución europea, juegan un papel secundario en la voluntad de voto. Más de un 70% de los encuestados que declararon su intención de acudir a las urnas, señalaron como preocupación principal la situación económica y los puestos de trabajo así como la seguridad y protección frente a la amenaza terrorista. Muchos partidos de oposición han convocado a realizar votaciones de protesta contra los gobiernos nacionales. Los cristianodemócratas alemanes, por ejemplo, llamaron a presentar ‘tarjeta roja’ a la coalición roji-verde.
¿Voto que apenas cuenta?
Quienes manifestaron su desinterés en las elecciones dieron como principal razón que con su voto en nada cambiará la situación. Y tienen razón, según el politólogo Oskar Niedermayer de la Universidad Libre de Berlín. El resultado de las elecciones europeas no cambiará la correlación de poder en Bruselas. El parlamento no tiene ni la capacidad para conformar un gobierno ni el poder para controlar alguno de manera efectiva.
Muchos votantes se quejaron de tener muy poca información sobre Europa. Sólo un 37% supo decir con precisión el día de las elecciones, y sólo un 40% sabía que la UE tiene ya 25 miembros desde el pasado 1° de mayo. Pese a todo, un buen 77% cree que la membresía de su país en la UE es algo positivo.