Elecciones estadounidenses en la mira europea
1 de noviembre de 2004Miles de europeos seguirán de cerca el desarrollo de las elecciones este martes cuando la mayor potencia del mundo elija nuevo presidente. Una encuesta publicada en septiembre por la empresa de investigación GlobeScan reveló que salvo en Polonia, los ciudadanos en toda Europa preferirían que John Kerry fuera el futuro presidente.
En muchos de los países de Europa occidental el margen entre el candidato demócrata y el presidente es enorme. En Alemania el 74% prefiere a Kerry, sólo 10% a Bush. En Francia el balance es de 64% por Kerry, 5% a favor de Bush. La misma tendencia pero menor se registra en Italia (58% frente a 14%), España (45% frente a 7%) e incluso en el Reino Unido (47% frente a 16%).
Pocas cosas han unido tanto a la opinión pública de Europa occidental como su rechazo a las políticas implementadas por George Bush. Las manifestaciones de protesta previas a la guerra de Irak, que sacaron a la calle a millones de personas en Europa, son una buena prueba de ello. Pero otros muchos temas, desde Kioto hasta el conservadurismo social y religioso de Bush provocan rechazo entre los europeos. De ahí el apoyo al candidato demócrata Kerry, que sin embargo, como constatan analistas como Bernhard May, director de estudios transatlánticos de la Academia Alemana de Política Exterior, “no se basa en hechos”.
Gobiernos mantienen reserva
Frente al partidismo claro de la opinión pública, los Gobiernos europeos mantienen reserva contrariamente a otras ocasiones. Parecen querer evitar que ocurra lo que pasó antes de la guerra de Irak, cuando el continente quedó dividido entre partidarios y adversarios de la política de Bush y el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, dando paso a un debate enconado entre la “vieja y la nueva Europa”.
Aún así los analistas indican que no sería ninguna sorpresa que entre las filas gubernamentales haya más simpatías hacia Kerry. Gary Smith, director del instituto de estudios políticos “American Academy”, con sede en Berlín, afirma que la mayor parte de los dirigentes europeos se alegraría si el candidato demócrata logra ganar el 2 de noviembre, pues su elección facilitaría el diálogo para tratar de enfrentar los graves problemas internacionales que comprenden Irak, Irán, el conflicto palestino-israelí, la reforma de la ONU y las negociaciones en la Organización Mundial de Comercio.
Kerry “tierra incógnita” para Alemania
También el Gobierno alemán se muestra reservado. Tanto el canciller socialdemócrata alemán Gerhard Schröder como el ministro del Exterior, Joschka Fischer, han evitado hablar sobre sus preferencias.
Según se comenta a nivel oficial para Alemania lo fundamental no es que gane George W. Bush o John Kerry, porque Alemania y Europa deben entenderse con cualquier presidente estadounidense, sea republicano o demócrata.
Incluso tanto en la Cancillería como en el Ministerio del Exterior alemán se ha advertido que aunque gane Kerry no cabe esperar un giro de 180 grados en la política de Estados Unidos.
El multilateralismo que preconiza Kerry podría ser una bendición para los europeos tras la era Bush, pero también supondría que Washington podría plantearles más peticiones de cooperación, sobre todo en Irak. Esto representaría un problema para el gobierno roji-verde germano que ha indicado que se mantendrá inalterable en su postura de no enviar soldados alemanes a Irak.