El silbato empaña la fiesta
10 de julio de 2011Aquellos que de buena voluntad quieren defender el rendimiento de las árbitros en el Mundial Femenino se quedan sin argumentos al observar el minuto 16 del partido Australia contra Guinea Ecuatorial, cuando la defensora africana Bruna Amarante da Silva tomó el balón con ambas manos en el área chica de su equipo y a lo largo de 3 segundos, !3 eternos segundos!, caminó con él, ante la mirada atónita de jugadoras y público, sin escuchar el pitazo que debía señalar el punto penal como castigo a la acción no reglamentaria.
Pitos mudos
Esa es la mano más descarada de la que se tenga conocimiento en la historia del fútbol, ante ella la famosa “mano de Dios” de Diego Maradona es juego de niños pues el astro argentino por lo menos intentó imprimirle a su acción un halo de inocencia escondiendo su delito como parte de la jugada. Al final del partido entre Australia y Guinea Ecuatorial la FIFA, a través de su vocero Karen Espelund, se limitó a decir “la árbitro lamenta mucho no haber visto la mano”.
Pero ese, pese a ser el más grave, no es el único error arbitral en Alemania 2011, y no todos se pueden excusar con el “no haber visto” que esgrime FIFA ya que algunos son tan evidentes que no hay forma de justificar el que los silbatos no suenen.
Basta enunciar como ejemplo el partido entre Alemania y Nigeria que tuvo poco de fútbol y mucho de “kick boxing”. Las patadas y los codazos se volvieron protagonistas, el balón parecía no interesarle a nadie y la juez central, pese a que la batalla campal en la que se transformó el juego sucedía en su presencia, a escasos metros de ella, no se cansaba de gritar “!sigan, sigan!”.
Cambiando la historia
El relato sobre las fallas de las encargadas de dirigir los partidos del Mundial Femenino podrían incluirse en un capítulo de anécdoctas y curiosidades del fútbol, si se limitaran a simples errores de apreciación que no influyen en los resultados, pero tampoco es así.
El partido Brasil contra Noruega tomó un rumbo distinto como consecuencia de una decisión del árbitro. Ambos equipos jugaban hasta el minuto 21 de igual a igual pero en el 22 la superestrella carioca Marta ganó un balón a una defensora noruega empujándola con ambas manos hasta sacarla de la carrera. Así, sola y sin resistencia del rival, anotó el 1-0 en un partido que terminaría 3-0 a favor de las brasileras; las noruegas no se recuperaron del empujón de Marta.
¿Que piten los hombres?
No son pocos los expertos que se han pronunciado al respecto solicitando a la FIFA que reconsidere su decisión, tomada en 1999, que los partidos del Mundial Femenino sean dirigidos sólo por árbitros mujeres. El principal argumento es lógico: las silbato mujeres carecen del ritmo de competencia de sus colegas hombres, que pitan cada semana mientras en Alemania 2011 hay árbitros mujeres que no están activas porque en sus países no existe una liga femenina, y en la masculina no se les permite trabajar.
Otros analistas explican los errores de las centrales en el Mundial desde dos perspectivas: la primera es que el físico de las árbitros femeninos -sin rutina- no les alcanza para estar los 90 minutos a la altura de la jugada, por lo cual su posición al momento de evaluar determinadas acciones las traiciona y las lleva a cometer equivocaciones; la segunda es que muchas de ellas no tienen problemas en ejercer autoridad cuando todo marcha bien, pero cuando el partido se torna agresivo o complicado, evaden intervenir.
Sea como sea, es una verdadera pena ver que el fútbol femenino evoluciona, tal y como se atestigua en el Mundial, pero el arbitraje se queda atrás y no sigue el paso. El silbato, mal utilizado, o aún peor, no utilizado, empaña la fiesta del Alemania 2011.
Autor: Daniel Martínez
Editor: José Ospina-Valencia