El robot peatón "Obelix"
22 de agosto de 2012¿No le alcanza el tiempo para hacer las compras o un pedido? Esta se ha vuelto una escena cotidiana en la vida de muchas personas en las grandes urbes. Estudiantes de informática de diferentes universidades de Alemania, Gran Bretaña, Bélgica y Suiza idearon una solución a ese problema. Este martes (21.08.2012), después de tres años de investigación, el equipo presentó su resultado: “Obelix”, un robot del tamaño de una persona adulta, con un peso de 100 kilogramos, sobre cuatro ruedas.
Las calles del centro de la ciudad alemana de Friburgo sirvieron de pasarela para los primeros pasos de Obelix en público. Sin problemas, el robot pasó su prueba práctica recorriendo un trayecto de cuatro kilómetros en un tiempo de una hora y media. No necesita de ayuda adicional, Obelix se abre camino por sí solo: busca las rutas y explora el centro de las ciudades sin retroceder ante las masas de pasantes.
Parece moverse como un peatón
Además, esta máquina inteligente reconoce obstáculos para evitarlos. Sobre sus cuatro ruedas parece moverse como un peatón, pero, a diferencia de los humanos, su batería necesita ser recargada cada ocho horas. Esta novedad robótica tuvo un costo de más de seis millones de euros.
Tres estudiantes de informática, Bastian Steder, Rainer Kümmerle y Michael Rühmke, supervisaron la primera aparición en público de Obelix. Bajo la dirección de la Universidad Albert Ludwig de Friburgo, los tres jóvenes ayudaron a desarrollar el robot. En Alemania, también cooperó la Escuela Superior Técnica de Aquisgrán. “Obelix encuentra por sí solo el camino indicado, desde el principio hasta la meta”, comenta Steder. Por medio de censores láser, Obelix hace varios escaneos tridimensionales de su entorno por segundo. Así, va acumulando y guardando las informaciones de sus alrededores para planear otras rutas.
No está listo para el mercado
En el futuro, robots como Obelix podrían ser, sobre todo, de gran ayuda para las personas mayores o para personas en silla de ruedas. Sin embargo, pocos tendrían los recursos para mantener una máquina servidora tan especializada. Obelix aún no está listo para el mercado: “el mayor problema son los altos costos de producción”, comenta Wolfram Brugard, director del proyecto y profesor de informática. Para construir un robot como Obelix, actualmente se tendrían que invertir alrededor de 125.000 euros. Un costo demasiado alto para las ventas de consumo masivo.
También quedan por resolverse algunos problemas legales: ¿quién se hace cargo de los daños, si el robot llega a causar un accidente? ¿Cómo se puede prevenir su robo? Además, Obelix aún no reconoce los semáforos rojos y no puede subir peldaños de una altura mayor de tres centímetros. “Todavía no sabemos cuándo nuestro diseño pueda ser usado en el día a día”, apunta el profesor Burgard, "pero usaremos nuestros conocimientos para otras investigaciones y desarrollos."
Autora: Violeta Campos/ dpa
Editora: Emilia Rojas Sasse