El planeta sin simios
27 de noviembre de 2003Para salvar a los grandes simios del exterminio son necesarios, según estimaciones de Naciones Unidas, unos 25 millones de dólares para financiar programas de ayuda inmediata. “Es el mínimo absoluto como para dar pan y agua a un moribundo”, advirtió Klaus Töpfer, director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Pnuma, al inicio de una conferencia de la Unesco en París. Según estimaciones generosas, la población mundial de chimpancés no supera los 200.000 ejemplares cuyos hábitats se encuentran distribuidos en 21 países. Expertos advierten que éstos al igual que los gorilas, bonobos y orangutanes están amenazados de extinción y podrían desaparecer de la faz de la tierra en un lapso de 50 años.
“Un minuto para la medianoche”
Representantes de 23 países de África, del sureste asiático, de países donadores y de organizaciones no gubernamentales discuten en la capital gala medidas inmediatas para prevenir el exterminio de estas especies. “Es como si faltara un minuto para la medianoche”, dijo Töpfer, aludiendo al grave peligro que amenaza la existencia de estas especies. “Más de un 96% de su herencia genética es idéntica a la del ser humano, lo que significa que aún cuando una sola de estas especies desaparezca, con ella habremos destruido los rastros de nuestros propios orígenes y una parte de nuestra propia humanidad”, advirtió el experto alemán y ex- ministro del Medioambiente.
La última oportunidad para evitar su extinción es una campaña internacional impulsada por el Proyecto para la Superviviencia de los Grandes Simios, Grasp, que ha unido los esfuerzos del Pnuma, la Unesco y una coalición de más de 40 organizaciones. La inversión inicial de 25 millones de dólares será destinada para proteger los territorios donde se encuentran sus hábitats naturales y estabilizar la población de estas especies.
“Los grandes simios representan un puente único entre el ser humano y la naturaleza”, dijo el director general de la Unesco, Koichiro Matsuura, y añadió que su salvación y el de su ecosistema es clave en la lucha contra la pobreza en aquellas regiones donde se encuentran sus espacios vitales. Según un reporte del Pnuma, la actividad humana reduce paulatina pero rápidamente su hábitat. En Benin, Togo y Gambia, ya no hay chimpancés, mientras que en Gana y en Senegal la población en cada país no rebasa los 2.000 ejemplares.
Comer carne de simio puede ser mortal
La cacería indiscriminada, el comercio con animales salvajes así como las guerras, son las peores amenazas de los primates. “Los cazadores disparan contra todo animal que ven; elefantes, gorilas, chimpancés, bonobos, antílopes, changos y hasta pájaros y murciélagos”, señala la famosa especialista en comportamiento de chimpancés, Jane Goodall. “La carne es ahumada o disecada y es llevada a las ciudades donde la gente paga precios exorbitantes por ella. Inclusive es exportada ilegalmente y se ofrece en restaurantes exóticos en Europa y Estados Unidos”, señala la investigadora británica.
Expertos advierten que más de un 20% de la carne de simio que es vendida en Camerún, está infectada con el virus SIV, un predecesor al virus VIH que provoca el Sida y que puede infectar a seres humanos.
La erosión de bosques y selvas
En otros países, la tala de árboles es el mayor problema. Adicionalmente los animales son acosados por el crecimiento urbano, por actividades como la minería, la construcción de carreteras y de proyectos de infraestructura.
A más tardar en el 2030 se habrá destruído el 90% del hábitat del los grandes simios en las selvas de África, de Indonesia y Malasia. Adicionalmente la cercanía de asentamientos humanos representa para los animales un peligro de contagio de enfermedades humanas, tales como la tuberculosis, el sarampión y las paperas.