Tres años de Lugo en Paraguay
15 de agosto de 2011La noticia de que Paraguay indemnizará a las víctimas de la dictadura de Alfredo Stroessner prima en medios europeos sobre los análisis de los tres años de la gestión de su presidente, Fernando Lugo. Con todo, a renglón seguido, se enfoca la actual fortaleza de la economía del pequeño miembro del Mercosur. Los últimos datos lo ubican como el de mayor crecimiento económico de América Latina.
En estas fechas coinciden los 474 años de la fundación de Asunción, el bicentenario de la independencia de España y los tres años del gobierno del ex obispo de San Pedro, que acabó con casi seis decenios de hegemonía del Partido Colorado. “Tenemos mucho que celebrar”, había subrayado el líder de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), que subió al poder en 2008 con la búsqueda de la igualdad por bandera y con inmensas expectativas como motor. O como carga.
Las pesadas expectativas
“Fernado Lugo es el obispo de los pobres. Ahora quiere liderar una nación y restar poder a la rica élite del país”, decía en 2007 un análisis en el semanario alemán Die Zeit.
“Muchos vieron la oportunidad de romper con un sistema político anquilosado, clientelista y corrupto, de iniciar las necesarias reformas sociales, de cambiar las relaciones de poder, de mejorar la fama de Paraguay como país de contrabando y drogas y de lograr una mejor posición regional para el país”, explica en un informe Achim Wachendorfer, director de la oficina de la Fundación Friedrich Ebert en Buenos Aires.
Cosas buenas….
Con elecciones previstas para el 2013 y con el fracaso de una reforma constitucional para poder ser reelegido, Lugo –que ha tenido que enfrentar juicios por paternidad y un cáncer linfático- celebra sus tres años de gobierno con finanzas equilibradas, crecimiento en las exportaciones y una mejoría de los servicios sociales y médicos para la población. También tiene a su haber el inmenso éxito que significa haber renegociado con Brasil el acuerdo de la represa de Itaipú.
.. y malas
Sin embargo, el 40 por ciento de la población paraguaya sigue viviendo en condiciones de pobreza y el 20 por ciento, en la miseria. Por otro lado, para la prometida reforma agraria –la esperanza de los electores desposeídos- sigue sin haber condiciones: “como era de esperar los grandes latifundistas se movilizaron en contra de todo lo que pudiese cuestionar las relaciones de poder establecidas. El socio de coalición tampoco tenía demasiado interés en una reforma de este tipo”, explica Wachendorfer en su informe "El triunfo de Lugo: una cesura política".
En cuanto a la recaudación fiscal, a pesar de que ha habido cierta mejoría, Paraguay ocupa uno de los últimos puestos de América Latina. “El modelo de desarrollo económico sigue siendo tradicional. Las exportaciones de soya y las remesas del extranjero siguen siendo la principal fuente de divisas. El contrabando, los negocios financieros de dudosa índole y la comercialización de marihuana siguen desempeñando un papel importante”, añade el analista alemán.
A todo esto se suman las críticas personales que diarios de la oposición no cesan de subrayar: aparte de la falta de moralidad que suponen hijos no reconocidos, se lo acusa de haber usado su mandato para conocer el mundo: 55 giras al extranjero habría ejecutado el líder socialista a quien, sus detractore califican de radical, corrupto y autoritario. Como prueba de ello se remiten a su plan de instituirse como senador vitalicio.
Previsiones
Así, Lugo inicia el cuarto año de mandato con un bajo índice de popularidad. Según el diario La Nación, sólo el 44,3 por ciento de los paraguayos considera buena su gestión, pues los cambios prometidos se hacen esperar. Y el tiempo restante no será rosa. “A pesar de que los privilegios de la oligarquía han permanecido casi intactos y ésta ha hecho mejores negocios que nunca antes, sus organizaciones buscarán la confrontación para impedir cualquier iniciativa de reforma”, prevé Wachendorfer.
No obstante, en el exterior, los indicadores económicos y la indiscutible mejoría en la inserción regional del país han logrado que Paraguay vaya dejando de ser “el país olvidado de Sudamérica”, como lo denomina Wachendorfer en su análisis. A ello han también habrán aportado lo suyo las visitas a las capitales europeas de la carismática figura de su presidente.
Así, “Lugo deberá buscar a toda costa durante su último año de gobierno concretar reformas clave pendientes y preparar un candidato para sucederlo si no quiere dejar el terreno libre para que el conservador Partido Colorado vuelva al poder”, reza un análisis publicado por la agencia Reuters.
O sea, ¿una vuelta hacia atrás en la rueda de la historia? No. “La identificación de Estado y Partido Colorado tiene grietas”, opina el analista de la Fundación Friedrich Ebert, para quien, en resumen, el balance no es tan negativo si no se usa como parámetro las expectativas sino el punto de partida: el gobierno de Lugo se enfrentó con férreas estructuras hegemónicas en un país pequeño, al que en el exterior se identificaba sobre todo por sus decenios de dictadura.
Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas