El Papa llama a nueva devoción mariana
11 de septiembre de 2006"María nos ha enseñado a no imponer nuestra voluntad y nuestros deseos frente a Dios, sino a dejar en sus manos lo que él quiera hacer", dijo Joseph Ratzinger el lunes (11.09.) en una misa al aire libre ante 60.000 personas.
"De María aprendemos la asistencia bondadosa, pero también la humildad y la generosidad a la hora de aceptar la voluntad de Dios y de creer que su respuesta es lo bueno para nosotros", añadió en su homilía, en la tercera jornada de su visita a su Baviera natal.
El jefe de la Iglesia Católica evitó cualquier referencia política con motivo del quinto aniversario de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Los ataques tuvieron, eso sí, su mención en la oración de los fieles, en la que una habitante de la localidad afirmó: "En el quinto aniversario del atentado contra el World Trade Center en Nueva York pedimos por la paz en todo el mundo".
Entre los concelebrantes se encontraba el hermano mayor de Benedicto XVI, Georg Ratzinger, quien a partir de ahora acompañará al Papa durante el resto de su visita a Baviera. Ambos podrán pasar juntos todo el miércoles en Ratisbona, donde el programa del Papa contempla numerosas citas privadas, como un almuerzo en casa de su hermano y una visita conjunta a la tumba de sus padres y su hermana.
Los más bonitos recuerdos
Antes de la misa, Benedicto XVI rezó ante la imagen de la Virgen Negra de Altötting, una talla del siglo XIV a la que ya había peregrinado con frecuencia durante su infancia y juventud acompañado de su familia. Según escribe Ratzinger en sus memorias, dichas visitas a la Virgen se encuentran entre "los primeros y más bonitos recuerdos" de su infancia.
Tras la misa, el Papa consagró la nueva Capilla de la Adoración de Altötting. La localidad de 13.000 habitantes en la frontera con Austria recibe anualmente un millón de peregrinos y tiene ya experiencia en visitas papales: antes de Benedicto vinieron al lugar ya Pío VI, en 1782, y Juan Pablo II, en 1980.
Por la tarde, el Papa celebró las Vísperas en la basílica de Santa Ana, donde se reunió con religiosos y seminaristas. Después realizó una breve escala en su Marktl natal, a apenas diez kilómetros de Altötting, antes de viajar a Ratisbona, donde residirá hasta su regreso a Roma el jueves.
En su visita a Alemania, el Papa también ha sido objeto de duras críticas. Claudia Roth, presidenta del partido ecologista Los Verdes, objetó la relación de Benedicto XVI con la libertad de expresión.
¿Excluir a la religión de la libertad de expresión?
"No puede aceptarse", dijo Roth, "que el Papa quiera excluir a la religión de la libertad de expresión", refiriéndose a la frase que pronunció ayer Benedicto XVI respecto a las caricaturas de Mahoma, manifestándose contra "el cinismo que ve la burla a lo santo como derecho de libertad de expresión".
Roth dijo que "son palabras del antiguo cardenal Ratzinger, un hombre del control de pensamientos". Ese pasaje del discurso del Papa es "algo que, desde nuestro punto de vista, con es compatible con la libertad de expresión... que también debe ser respetada cuando se crítica a lo religioso", agregó.
La presidenta de los Verdes criticó también que el Papa advierta a menudo de los no creyentes. "Quien permanentemente habla de que los seres humanos sin religión son la mayor amenaza, debe aceptar que le digan que las personas que creen en Dios tampoco hacen todo bien".
En forma muy diferente interpretó la visita del Papa el primer ministro de Baviera, Edmund Stoiber, que se manifestó impresionado. Stoiber dijo que "Benedicto XVI combina la proximidad personal y una gran emoción con frases y verdades fundamentales para todos los seres humanos". Agregó que "creo que el Papa sabe cómo crear nuevamente una proximidad a Dios en los corazones de muchos alemanes y el mundo occidental".
Culpa de infecciones de sida
La teóloga Uta Ranke-Heinemann, dio a la Iglesia Católica y a Benedicto XVI, "la culpa de infecciones de sida, en particular en el Tercer Mundo". Ranke Heinemann, 78, dijo que el Papa defiende una moral sexual reaccionaria al rechazar los preservativos.
La teóloga fue en 1953/54 compañera de estudios de teología de Joseph Ratzinger. En 1970, la hija del por entonces presidente federal alemán, Gustav Heinemann, fue la primera mujer en acceder al cargo de profesora de teología católica. Pero la Iglesia le quitó la licencia para enseñar en 1987, porque Heinemann puso en duda el nacimiento de Cristo de una mujer virgen.