El ocaso naranja

La derrota de Julia Timoshenko en las elecciones presidenciales celebradas el domingo en Ucrania centra el editorial del diario conservador británico The Times: "El destino de Ucrania se ha visto controlado por Rusia en la historia más reciente. No obstante, los comicios presidenciales excluyeron esta vez al Kremlin. Lo ajustado de los resultados muestra, sin embargo, que será difícil gobernar el país en armonía con el pueblo. La cautela exhibida por Rusia y el cambio de gobierno ratificado en las urnas son un presagio esperanzador de estabilidad (...) Pese a las reticencias de Julia Timoshenko a aceptar la derrota, no hay ningún motivo para sostener las acusaciones de fraude. El principal motivo de su derrota es más sencillo: gobernó mal".

La peor crisis de postguerra

Desde Italia, el rotativo romano La Repubblica ahonda en el ocaso de los héroes de la "Revolución naranja": "Fue una noche larga para el grupo de Julia Timoshenko, una noche transcurrida recontando votos para determinar cuántas papeletas pueden ser impugnadas. Ha habido fraude lectoral, sostienen desde las filas de Timoshenko. Sin embargo, la pregunta que se plantea es la siguiente: ¿merece la pena realmente cuestionar el triunfo de Viktor Yanukovich? Una cosa está clara: el clima se transformó de forma evidente. El pueblo culpa a Yushenko y Timoshenko de la peor crisis de la posguerra. Los otrora héroes del pueblo dispusieron de cinco años -de gobierno- y han fracasado".

Ucrania: ¿hacia Moscú o hacia la UE?

Los principales diarios europeos editorializan también sobre los hipotéticos planes del nuevo gobierno ucraniano en materia de política exterior. Es el caso de El País de Madrid: "Ucrania se distancia de Europa. El relevo del proeuropeo Viktor Yushenko por el político prorruso Viktor Yanukovich despierta preocupación. La nueva orientación geoestratégica que se avecina en Ucrania no es el único problema. El país también se ve amenazado por la inestabilidad interna. El nuevo presidente deberá dialogar con la todavía primera ministra, Julia Timoshenko (...) Una cohabitación que se ha demostrado difícil incluso en países con una democracia consolidada como Francia o Portugal".

¿Última oportunidad?

Por último, el Der Standard austríaco comenta: "Las elecciones resultaron demasiado ajustadas, la división del país en dos campos se constató en exceso. La profunda rivalidad personal de los líderes de la 'Revolución naranja' fue la causa de su propia derrota. La confianza de los ciudadanos en la capacidad de los políticos para emprender reformas tiende a cero. En consonancia, las expectativas son también bajas, lo que supone una ocasión para que los diferentes actores asuman finalmente la responsabilidad. Quizás sea la última oportunidad".

Autor: EV/dpa

Editor: Emilia Rojas-Sasse