El nuevo posicionamiento geoestratégico de América Latina
2 de julio de 2007Detlef Nolte y Bert Hoffmann, del “think tank” GIGA (German Institute of Global and Area Studies), con sede en Hamburgo, extraen en un estudio que acaban de presentar conclusiones positivas sobre el desarrollo de la región, que “le abren nuevas opciones de política exterior”.
Los investigadores resaltan que son varios los elementos con positivos efectos para la región.
América Latina se beneficia actualmente de la buena coyuntura de la economía mundial y una creciente demanda de productos latinoamericanos, particularmente materias primas y productos agropecuarios.
La economía china, ávida de recursos, se ha transformado en un importante socio comercial para muchos países latinoamericanos. Entre el 2000 y el 2005, el comercio entre América Latina (sin México) y China creció anualmente un 37 % por año.
Desde la perspectiva latinoamericana, el tradicional “triángulo atlántico” (América Latina-EE. UU.-UE) fue complementado con un “triángulo pacífico” (América Latina-Asia- EE. UU.).
Mientras el proceso de creación de una zona de libre comercio de las Américas (FTAA) se halla desde hace algunos años en un callejón sin salida, los EE. UU. han firmado con la mayoría de los países latinoamericanos acuerdos comerciales bilaterales o multilaterales (a nivel subregional). En los años 2004 y 2005, los EE. UU. exportaron a América Latina (incluido México) más bienes que a la Unión Europea.
El resurgir de la orientación tercermundista
El viaje a América Latina del presidente Bush en marzo de 2007 no sólo tuvo como objetivo demostrar el apoyo de EE. UU. a gobiernos amigos, como los de México, Guatemala, Colombia, Chile y Brasil, sino que fue también una señal de que EE. UU. continúa interesándose por la región.
Los EE. UU. están desarrollando una nueva alianza estratégica con Brasil como potencia líder en el sector bioenergético (etanol).
Algunos países latinoamericanos aspiran a revivir la orientación tercermundista de los años 60 y 70. Desde entonces llegan a América Latina extraños visitantes, como el presidente de Irán, y desafían a EE. UU. Paralelamente, políticos latinoamericanos, como Hugo Chávez y Daniel Ortega, han ampliado sus destinos de viaje al Próximo Oriente y los “Estados villanos”. También Moscú gana popularidad como destino de viaje.
Luego de una década de retroceso de su influencia, Rusia ha logrado “volver” a la región. En el ínterin, Rusia es uno de los más importantes exportadores de armas a América Latina.
El ocaso del Fondo
Las instituciones financieras internacionales han perdido influencia en América Latina. Bolivia y Ecuador, dos de los países más pobres de la región, han podido desafiar a las instituciones financieras con sede en Washington de una forma que en los años 80 hubiera sido calificada de suicida. Los altos precios del petróleo inmunizan a Venezuela de presiones financieras provenientes del exterior. Más aún, posibilitan al gobierno de Chávez llevar a cabo una activa “diplomacia del dólar”, que ya casi adquiere la forma de un “fondo monetario alternativo”. Venezuela ha comprado, por ejemplo, bonos del tesoro de la Argentina, que permitieron al país pagar sus deudas con el FMI.
Con apoyo de la mayoría de los países sudamericanos, Brasil, como uno de los líderes del G 20, ha desempeñado un importante papel en las negociaciones de la OMC, articulando en ellas una posición conjunta ante la UE y los EE. UU. Junto con la India, Brasil está considerado uno de los interlocutores principales de la UE y los EE. UU (G 4) para echar a andar nuevamente las empantanadas negociaciones en el marco de la Ronda de Doha, si bien hasta ahora sin éxito, como demostraron las fracasadas conversaciones en Potsdam.
Brasil ha cerrado alianzas estratégicas con otras potencias regionales en diversas partes del mundo. De destacar es el IBSA Dialogue Forum, en el que participan Brasil, India y Sudáfrica.
En resumen, dicen Nolte y Hoffmann, América Latina parece haberse transformado de cenicienta en una codiciada novia, por la que manifiestan interés simultáneamente varios príncipes. Y como corolario se preguntan si la comunidad de Estados latinoamericanos puede ser un partenaire interesante para la Unión Europea. La conclusión a la que arriban en su informe es terminante: “sí y más que nunca antes”.