El Mundial de Fútbol femenino rompe récords
13 de agosto de 2023El clamor era inmenso. Cuando Hannah Wilkinson anotó el gol de la victoria para Nueva Zelanda en el primer partido del Mundial de Fútbol femenino de 2023 contra Noruega, unos 42.000 "kiwis" se volvieron locos.
Es el mayor número de espectadores que ha registrado el país para ver un partido de fútbol, sea masculino o femenino, y superó además en 26.000 el anterior récord del fútbol femenino. Duró poco la marca porque unas horas más tarde Australia hizo lo mismo cuando casi 75.000 aficionados vitorearon la victoria de las "Matildas" 1-0 contra Irlanda.
Ahora que se acercan las semifinales y se espera que la venta de entradas alcance los 1,98 millones de asistentes para todo el torneo, lo que equivaldría a un promedio de 31.000 aficionados en los 64 partidos. Esto eclipsó el récord anterior de 1,35 millones de la Copa del Mundo de 2015 en Canadá (con un promedio de 26.000 aficionados por partido).
Teniendo en cuenta que el objetivo inicial era alcanzar los 1,3 millones, luego elevado a 1,5, la asistencia supone un enorme éxito para las naciones anfitrionas. El fútbol simplemente se disparó en Australia y Nueva Zelanda en el último mes. Y el interés global ha sido igualmente impresionante.
"Nos están dando un gran impulso"
Puede que Australia haya sido siempre un país fanático del deporte, pero el fútbol siempre ha ido por detrás del rugby y el fútbol australiano. Sin embargo, el partido de octavos de final de las Matildas contra Dinamarca alcanzó los 6,54 millones de espectadores en la cadena abierta Seven Network, más que los mayores espectáculos del país en 2022: las grandes finales de la Liga Nacional de Rugby y de la Liga Australiana de Fútbol.
"Ha sido inmenso, es increíble ver todo el apoyo que tenemos, ya sea en las gradas, frente a los televisores, en los sitios en vivo", dijo a DW la defensa australiana Ellie Carpenter después del partido. "Es como un jugador extra en el partido". Solo en Australia se habrán vendido casi 1,27 millones de entradas, con un promedio de casi 36.000 asistentes en los 35 partidos (con los estadios al 93% de su capacidad en promedio).
"Ventaja de jugar en casa, el público local, nos están dando un gran impulso durante todo el torneo", declaró por su parte la extremo Caitlin Foord. "Todo el mérito es suyo, por ser ruidosos y estar ahí para nosotras".
Nueva Zelanda se supera
A Nueva Zelanda le fue un poco peor estadísticamente, con unas 700.000 entradas vendidas a un promedio de 24.500 por partido. Los partidos en Auckland y Wellington contaron con gran afluencia, pero la decisión de celebrar partidos en Dunedin, con una población de sólo 129.000, bajó las cifras. El estadio no alcanzó 50 % de su capacidad en sus seis partidos, aunque se agotaron las entradas para el empate de Nueva Zelanda con Suiza.
Sin embargo, considerando la obsesión de la nación con el rugby y su población de solo cinco millones, los números superaron las expectativas, con el récord de la mayor multitud para un partido de fútbol en el país, que se rompió tres veces en Auckland.
"El ruido era ensordecedor", dijo a DW una de las capitanas de Nueva Zelanda, Ria Percival, después de la victoria de las Football Ferns en el día inaugural sobre Noruega. "Nunca escuché algo así, todavía no puedo creer que tanta gente viniera a vernos jugar, fue increíble". La defensa Claudia Bunge coincide: "Nunca soñé con jugar con las entradas agotadas en Eden Park". Y espera que esto "haya inspirado a otras niñas a salir y formar parte de la próxima generación de las Ferns".
Aunque no lograron pasar la fase inicial, los neozelandeses siguieron acudiendo en masa a los partidos y animando a los equipos. "Nunca antes habíamos visto fútbol femenino", dijo la seguidora Charlotte Scott a DW en Auckland. "¡Ahora hemos visto cinco partidos y nos hubiera gustado que fueran más!".
Las cifras de televisión baten récords
Las cifras de telespectadores han sido igualmente impresionantes. Más de 1 millón de personas vieron el primer partido del equipo contra Noruega, más que cualquier partido de la Copa Mundial masculina.
También en el resto del mundo. La derrota de Estados Unidos ante Suecia, a pesar de la diferencia horaria, atrajo a 2,52 millones de espectadores en Fox, con un pico de 4,07 millones. Reino Unido, por su parte, registró una audiencia máxima de 5,2 millones en BBC One en la victoria sobre Nigeria.
La televisora alemana ARD detalló que 10,36 millones de personas sintonizaron para ver la derrota ante Colombia en la fase de grupos, el índice de audiencia más alto del país en 2023. Más de 9 millones de colombianos vieron el partido de su selección contra Corea del Sur, 300 % más que el récord anterior para un partido de la Copa Mundial femenina.
El partido inaugural de Brasil contra Panamá tuvo una audiencia combinada de 13,9 millones de personas entre TV Globo y SporTV. Alrededor de 4,58 millones de espectadores sigueron el partido inaugural de China contra Dinamarca en CCTV5.
Éxito es mayor del esperado
Teniendo en cuenta el auge de atención que recibió el fútbol femenino con la Eurocopa de 2022 en Inglaterra, se temía que la diferencia horaria fuera un obstáculo en muchos países. Pronto se vio que no. El fútbol femenino va a la zaga del masculino. La FIFA ha dicho que el torneo está en camino de llegar a una audiencia general de 2.000 millones de personas en todo el mundo, significativamente más que los 1.199 millones que la organización calculó para la Copa del Mundo de 2019.
La calidad mostrada también ha estado en el nivel más alto, incluso después de que el torneo aumentara de 24 a 32 equipos, para permitir que las naciones en ciernes tengan la oportunidad de probarse contra los mejores. No sólo mejora el nivel, sino que la brecha entre las grandes selecciones y las de menor tradición está disminuyendo. Equipos como Marruecos, Sudáfrica y Jamaica, que dieron la sorpresa en la fase de grupos, son muestra de ello.
El espectáculo sigue: quedan cuatro partidos
Aunque Nueva Zelanda ha sido eliminada, Australia aún tiene esperanzas de levantar el trofeo. Si las Matildas llegan a la final, la audiencia televisiva podría incluso rivalizar con los ocho millones que sintonizaron la victoria de Cathy Freeman en los 400 metros en los Juegos Olímpicos de Sídney en 2000.
"Es bonito ver hacia dónde va el juego aquí, cuántos chicos y chicas quieren jugar fútbol", dijo Foord. "Es genial saber que el deporte se está moviendo en la dirección correcta".
(lgc/rr)