Mujeres y clima
3 de abril de 2012Cuando el ciclón "Sidr" barrió las costas de Bangladesh, en el año 2007, más de 3.000 personas perdieron la vida. La mayoría de las víctimas fueron mujeres. Algo que no puede atribuirse a la casualidad, como afirma Sharmind Neelormi, que ha investigado los efectos del cambio climático sobre los habitantes del país del sudeste asiático.
Y es que las mujeres que vivían en las zonas más remotas de Bangladesh fueron las últimas en tener conocimiento de la tormenta que se aproximaba. El motivo tiene que ver con la habitual exclusión de las mujeres de la vida pública. E incluso habiendo lugares en los que guarecerse de los ciclones, a menudo las mujeres no los utilizan. Como explica Neelormi, es habitual que dichos refugios, que acaban infestados de personas que intentan protegerse de los efectos del ciclón, dispongan de un único retrete a la vista de todo el mundo. A diferencia de los hombres, a las mujeres les resulta difícil hacer uso de ellos por motivos culturales. "Si esos refugios se construyeran de otra forma, miles de mujeres aún estarían con vida", asegura convencido Neelormi.
Las mujeres, a menudo mucho más afectadas
Hace tiempo que Neelormi trabaja, desde diferentes puestos en el gobierno, para que los refugios destinados a proteger a los ciudadanos de los efectos de los ciclones se construyan de otra forma. Desde la perspectiva de los activistas medioambientales, este problema ejemplifica la ausencia del "factor femenino" en el debate sobre el cambio climático. Consideran que las negociaciones climáticas y las estrategias de adaptación al calentamiento global apenas tienen en cuenta las necesidades específicas de las mujeres. Según un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por las siglas en inglés) de 2009, las mujeres de países en vías de desarrollo experimentarían de forma mucho más dura que los hombres las consecuencias del cambio climático. El motivo, que las mujeres desempeñan la mayor parte del trabajo en la agricultura y, por ello, son más dependientes de los fenómenos meteorológicos que condicionan el suministro de alimentos y energía.
Pero éste es tan sólo uno de los problemas que describe el estudio. Las mujeres de los países en vías de desarrollo tienen menos posibilidades de obtener unos ingresos propios. Se hallan fuertemente ligadas a la casa y, con ello, disponen de menos movilidad. Ello también aumenta su "vulnerabilidad frente catástrofes naturales inesperadas ligadas a fenómenos meteorológicos", según el estudio.
"Importantes actores del cambio"
Los ecologistas, sin embargo, alertan del riesgo de contemplar a las mujeres solamente como víctimas del cambio climático. "Cuando hablamos de la adaptación al calentamiento global, las mujeres se erigen en actores relevantes", explica Angie Dazé, de la división canadiense de la organización de ayuda CARE. En el hogar y en el uso de los recursos naturales, las mujeres acostumbran a ser muy innovadoras. "Debemos alentar a las mujeres para que pongan en práctica todos sus conocimientos y capacidades", afirma Dazé. Su organización se ha especializado en proyectos de adaptación al cambio climático organizados de forma comunitaria por mujeres y con mujeres y actualmente es especialmente activa en Ghana. Allí, un grupo trabaja para que la voz de las mujeres sea más escuchada.
Hay iniciativas similares en diferentes lugares. Como en el Barefoot College ("Colegio Descalzo"), en India, donde mujeres de comunidades agrícolas reciben formación para convertirse en instaladoras de equipos solares y, de esa forma, ganarse su propio sustento. En Malawi, una compañía irlandesa forma a mujeres de regiones rurales en la fabricación y venta de hornos de bajo consumo de energía. El uso de estos hornos reduce la cantidad de humo nocivo para la salud al que se hallan expuestas las mujeres al cocinar con leña. Además, el ahorro de madera reduce la deforestación.
Las mujeres están excluidas de la toma de decisiones
Pese a esfuerzos aislados como los de Malawi, sigue sin ser algo habitual que las mujeres jueguen un papel central en la política medioambiental. Gotelind Alber, de la organización Women for Climate Justice ("Mujeres por la justicia climática"), considera que los principales obstáculos son la falta de conciencia sobre el problema y las desigualdades estructurales. "Cuando se trata de planificar y tomar decisiones en el ámbito climático, las mujeres se encuentran infrarrepresentadas a todos los niveles", explica Alber, que añade: "en el tema medioambiental, la mayoría de la gente no contempla la cuestión de la igualdad de derechos".
Bangladesh es una excepción. Un ejemplo de ello lo constituyen, según Sharmind Neelormi, la estrategia contra el cambio climático y el plan de acción del gobierno. Ambos establecen la obligación de tener en cuenta la cuestión de la igualdad de sexos a la hora de diseñar cualquier tipo de plan de adaptación al cambio climático, ya sea público o privado. "Se trata, definitivamente, de un gran paso adelante", asegura Neelormi.
Autor: Sonia Phalnikar
Redacción: Emili Vinagre