El 15-M busca ser un actor permanente en la política española
7 de junio de 2011En la plaza de un barrio madrileño, varias docenas de personas forman un grupo para escuchar a una mujer que habla a través de un megáfono. Ocasionalmente, quienes escuchan alzan los brazos para demostrar su apoyo a una propuesta, y luego el megáfono pasa de mano en mano durante varias horas.
Niños pequeños juegan muy cerca, y por momentos es difícil distinguir exactamente cuál es el tema que se discute. “Es muy difícil lograr que la democracia directa funcione; es decir, una forma orientada no a una mayoría sino al consenso. Puede ser un proceso muy lento, pero creo que funciona”, dice Oscar ten Houten, del movimiento 15-M, que organiza decenas de encuentros como éste a lo largo y ancho de la capital española y en otras ciudades del país.
Las asambleas vecinales pretenden dar voz a las demandas, preocupaciones y esperanzas de los ciudadanos. Muchos de los debates se centran precisamente en cómo debe continuar el movimiento. También son parte esencial en la búsqueda por mantener la democracia en las calles.
“Las manifestaciones se transforman poco a poco en asambleas vecinales”, observa Víctor Sampedro, politólogo y experto en movimientos sociales. “Ahora se busca crear una democracia más participativa desde las bases. A partir de esto, el movimiento podría recibir reconocimiento oficial y legitimidad, de manera que pudiera permitirle formar parte del proceso político.”
Las metas a largo plazo
Las metas del movimiento a largo plazo incluyen una gran reforma electoral que reduzca la hegemonía del PSOE y el PP sobre el sistema político. También propone una mayor separación de poderes estatales, más transparencia y menos corrupción.
EL 15-M ya ha alcanzado logros concretos como denunciar las debilidades de la política española, dice Fernando Vallespín, de la Universidad Autónoma de Madrid. “Ha sido como una bocanada de aire fresco en nuestro aburrido sistema político. Podría afectar la manera como los partidos se relacionan con la sociedad, y cómo se llevará a cabo la comunicación con los electores, particularmente a través de Internet”, agrega.
¿Choque de trenes con el PP?
Pero el PSOE ha sufrido grandes pérdidas electorales en las últimas semanas, y aparentemente se enfrentará a otra derrota en los comicios generales del año próximo, ante el conservador PP. Éste ha demostrado menos simpatía por los movimientos de protesta; según Vallespín, las metas del 15-M en cuanto a un mayor control ciudadano sobre el poder político y económico podrían chocar de frente con un posible Gobierno de derecha.
Sampedro coincide: “Muy probablemente veamos el tipo de confrontaciones que se están produciendo en Italia. La sociedad pide separación de poderes y mayor transparencia, mientras la clase política parece instalada en su propio bunker.”
Otra dificultad del movimiento es su estructura descentralizada, que carece de líderes visibles y está representada por una serie de portavoces. Además, la estrategia de someter a votación incluso algunos temas de importancia relativamente menor podría minar la eficiencia del 15-M, dice Vallespín.
“Les toma demasiado tiempo decidir sobre cuestiones sencillas. En la política común y corriente uno debe decidir pronto, si es posible en el mismo momento en que un problema se presenta. Así es la política: pragmática y orientada a resolver complicaciones. Si esto se logra a través de métodos democráticos, qué mejor. Pero a veces no es posible tenerlo todo.”
Autor: Guy Hedgecoe
Editor: José Ospina