España: después de la indignación, ¿el cambio?
21 de mayo de 2011Los españoles están indignados. Eso, a estas alturas, lo sabe el mundo entero. También conocemos -en parte- los motivos de la indignación: la elevada tasa de desempleo, la corrupción instalada en la clase política y las ayudas millonarias a los bancos, entre otras razones, son las que durante la última semana han llevado a echarse a la calle a decenas de miles de españoles. En España y en decenas de ciudades de todo el planeta.
Lo que aún no sabemos -y también desconocen incluso los mismos manifestantes- es cómo evolucionará este auténtico fenómeno colectivo en el futuro más próximo. Una vez que hayan quedado atrás las elecciones municipales y regionales en España. Una duda que los más escépticos con el movimiento no dudaron en sembrar antes y después de que lo que empezó concentrando a pocos centenares de personas acabara ocupando los titulares de la prensa mundial.
Indignación, ¿hasta cuándo?
Lo heterogéneo y espontáneo de las protestas no contribuye precisamente a disipar esas dudas. 15-M, Democracia Real Ya, Indignados, No les votes,...un sinfín de denominaciones para identificar a la marea humana que estos días ha tomado las calles españolas. Pero, ¿hasta cuándo? Y, lo más importante, ¿cómo se canalizará a partir de ahora y con qué objetivos concretos la indignación mostrada?
La respuesta no es sencilla. Las redes sociales, por ejemplo, han jugado un papel clave a la hora de movilizar a los descontentos. Pero eso puedo no ser suficiente si en las próximas fechas no hay un grupo más o menos organizado que salte a la palestra y defina un consenso mínimo que sirva como punto de partida para comenzar a reclamar a la clase política tan denostada en las protestas. Por ejemplo, ¿cómo definir lo que significa una "auténtica democracia" para los "indignados" españoles? ¿Tolerancia cero con la corrupción?, ¿mayores posibilidades de participación ciudadana en las decisiones?, ¿cambios en la ley electoral?
Probablemente, muchos de los manifestantes de estos días aceptarían estas premisas. Otros, quizás añadirían algunas más. Que hicieran referencia a la lucha contra el paro -especialmente, el juvenil-, el derecho a la vivienda o unos mejores servicios públicos. Estos últimos puntos son los que, por ejemplo, recogían las octavillas que los españoles movilizados este sábado ante la Puerta de Brandeburgo repartían a turistas y transeúntes. Más de medio millar de personas congregadas en tiempo auténticamente récord.
Asambleas y manifestaciones para dar continuidad al movimiento
El colectivo "berlinés" tiene previsto mantener la actividad en los próximos días. Eso sí, como muchos otros grupos organizados por todo el mundo al calor de la Red, estarán la expectativa de cómo evolucionen los acontecimientos en España. Lo que parece estar fuera de duda es que de la "indignación" se va a pasar a la "acción". Por ejemplo, el movimiento Democracia Real Ya tiene previsto convocar una rueda de prensa la próxima semana para dar a conocer sus propuestas.
Por su parte, los acampados en la Plaza del Sol de Madrid bajo la denominación de "Toma la plaza" ha convocado para el próximo 28 de mayo asambleas populares en las plazas de cada barrio, pueblo o región de Madrid. Asambleas que tienen vocación de extenderse por toda España como foro donde recoger las propuestas ciudadanas y vehicularlas para hacerlas posibles.
Mientras tanto, en Barcelona, las movilizaciones se mantendrán, por lo menos, hasta el 15 de junio, cuando tendrá lugar una manifestación multitudinaria en contra de los recortes aprobados recientemente por el gobierno catalán.
Parece, pues, que el cabreo no se desvanecerá tras las elecciones del 22-M. Ahora llega el momento de pasar a la acción, dicen los "indignados" españoles.
Autor: Emili Vinagre
Editor: Pablo Kummetz