Deutsche Bank seguirá siendo un banco universal
27 de abril de 2015Es una imagen simbólica: camiones de mudanza ante las torres del Deutsche Bank en Frankfurt y unidades móviles que informan sobre la reestructuración del mayor banco de Alemania. Con intereses al mínimo y controles cada vez más estrictos, el negocio bancario es cada vez más duro y mientras el antiguo director ejecutivo Josef Ackermann llegaba a beneficios del 25% del capital invertido, hoy hay que ser más humilde. La nueva cúpula dual, con Jürgen Fitschen y Anshu Jain al frente, redujo pronósticos hasta el 12% y ni siquiera lo han conseguido. Actualmente no llegan al 3% y en el futuro aspiran a un 10% con muchas dificultades.
Tardío despertar
En Frankfurt se habla desde hace meses de cómo recuperar la fortaleza y del modelo a seguir. ¿Dividiendo el banco para el público privado y el banco de inversión y poniendo fin al modelo de banco universal? ¿Reestructurando el modelo antiguo con estructuras más modernas y fuertes? Según las líneas maestras anunciadas, el Deutsche Bank seguirá siendo banco universal, pero dejará atrás a clientes privados para orientarse al capital. Entre otras cosas, separándose del Postbank y sus 14 millones de clientes para reducir balance y abaratar riesgos.
Además, el banco tiene que enfrentarse a férreos controles, al ser uno de los 30 del mundo calificados como relevantes para el sistema. Aunque haya salido de la crisis sin necesidad de ayuda estatal, todo tiene su precio y mientras unos reorientaron su negocio, el Deutsche Bank creyó que podía seguir como antes. Fitschen y Jain tendrán ahora que reducir beneficios en base a garantías para poder enfrentarse a reguladores de todo el globo.
La reestructuración al completo está esbozada en la “Estrategia 2020”, concepto aprobado tras analizar varios modelos que, según indicó Jain, concluye que “un modelo concentrado orientado al cliente es el correcto para el Deutsche Bank”. Fitschen reafirmó también su posición como “banco global y basado en Alemania”, aunque también persigue optimizar su presencia mundial sobre todo en países emergentes como China o India.
Además del banco para el públicoprivado, también el banco de inversión se verá afectado por la reestructuración, reduciendo balance en cientos de miles de millones y dedicándolos a otras partidas. Entre otras medidas, el banco dejará el comercio con recursos naturales y otros productos como los créditos tóxicos, considerados una de las causas de la crisis.
Aniversario a la vista
Para financiar estas medidas, el banco prevé gastar 3.700 millones hasta 2020, capital que conseguirá con un programa de ahorro y una salida a bolsa. Además, pretende cerrar un tercio de las filiales e implantar medidas para aumentar la eficiencia. En cuanto a la inversión, dedicará mil millones a nuevas tecnologías para analizar, por ejemplo, las tendencias el torno al negocio en teléfonos inteligentes.
Aspirar a terminar la reestructuración en 2020 no es mera casualidad. Entonces, el banco cumplirá 150 años y quiere llegar a esa edad “mejor capitalizado y menos endeudado”. Además, también pretende trabajar en un cambio de la cultura de empresa, puesto que los coches de policía en la puerta perjudicaron enormemente la imagen del banco. Para eso, mejor que sean camiones de mudanza.