Desalentador balance de la política europea hacia Cuba
2 de febrero de 2006La resolución, respaldada por los grupos del Partido Popular Europeo (PPE), el Socialista, el Liberal y el Verde, fue aprobada por una abrumadora mayoría de 560 votos a favor, 33 en contra y 19 abstenciones. En ella no sólo se hace notar que la política seguida hasta ahora con Cuba no ha dado frutos en cuanto a promover la democratización en la isla, sino se pide a los países de la Unión Europea "que obren en consecuencia".
Esperanzas defraudadas
Los eurodiputados condenan "el recrudecimiento de la represión", el aumento del número de presos políticos y la "prohibición" de que las Damas de Blanco -familiares de disidentes encarcelados- viajasen a Estrasburgo en diciembre pasado para recoger el premio Sajarov a la libertad de conciencia que entrega el Parlamento Europeo. "Estos hechos defraudan las aspiraciones de mejora de las relaciones entre la UE y Cuba, objetivo principal de los cambios introducidos por el Consejo en enero de 2005", afirman.
La cita hace referencia a la decisión adoptada a comienzos de 2005 cuando, a propuesta de España, se levantaron las sanciones diplomáticas aplicadas contra el régimen de La Habana en respuesta a la condena de 75 disidentes cubanos. Dichas sanciones incluían la restricción de las visitas oficiales a la isla o la invitación a opositores a las recepciones en las embajadas en la UE, una iniciativa que causó malestar en el gobierno de Fidel Castro hasta el punto de cortar los contactos con las legaciones que la llevasen a la práctica.
Líneas divergentes
Revocando dichas medidas, la UE pretendía normalizar sus relaciones con Cuba, sin renunciar a los objetivos de promover la democratización pacífica, los derechos y libertades fundamentales y la mejora de las condiciones de vida de los cubanos. Pero, a la hora del balance, el resultado es desalentador: En 2005 no se produjo ni una sola liberación de presos políticos. Su número incluso se ha elevado de 294 en el 2004 a 333, según la disidente Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
El llamado a "obrar en consecuencia" es lógico, pero no todos coinciden en cuál es el rumbo que se debería emprender. Conservadores y liberales son partidarios de reinstaurar las sanciones, mientras socialistas y verdes sostienen que, pese a la falta de resultados, las perspectivas son mejores que con la política anterior. Desde ya, el gobierno de Austria, que detenta la presidencia de turno de la UE, defendió la continuidad, argumentando que han mejorado los contactos europeos con la disidencia y que no se puede "imponer nada por la fuerza". Los Estados miembros deben evaluar y, en su caso, revisar su política hacia la isla el próximo mes de junio.