¿Deberíamos resucitar especies extinguidas?
6 de julio de 2018Esta semana, los científicos anunciaron un gran avance en la batalla para salvar al rinoceronte blanco del norte, que está al borde de la exención.
El último macho de la especie murió a principios de este año, reduciendo la población total a solo dos hembras. Pero ahora, la tecnología de células madre y reproductiva de vanguardia ha producido embriones a partir de espermatozoides congelados del rinoceronte blanco del norte y óvulos del estrechamente relacionado rinoceronte blanco del sur.
"Estos son los primeros embriones de rinoceronte producidos in vitro. Tienen una alta probabilidad de establecer un embarazo una vez implantados en una madre sustituta", dijo Thomas Hildebrandt, uno de los científicos del proyecto.
La noticia ofrece una esperanza tentadora de que los avances científicos puedan corregir los errores del pasado, dando a las criaturas aniquiladas por los humanos una segunda oportunidad.
Pero solo porque podamos hacer algo, ¿significa que debemos hacerlo?
¿Parque del pleistoceno o Jurassic Park?
Los científicos ya han creado embriones con material genético de la recientemente extinta rana rheobatrachus, y en 2003 un clon de la última hembra del bucardo, una cabra montesa de los pirineos, que nació de una cabra, aunque solo sobrevivió unos pocos minutos.
Pero los científicos también están poniendo sus ojos en criaturas que no han caminado por la tierra durante cientos, o incluso miles de años.
Los investigadores han decodificado con éxito el genoma del tigre de Tasmania, que fue visto por última vez vivo en 1936, y esperan poder reeditar sus genes en los óvulos de un marsupial superviviente, como su primo más cercano, el numbat.
Y un equipo de la Universidad de Harvard está trabajando para traer al mamut de vuelta del reino de los muertos a vivir en un "Parque del Pleistoceno" en Siberia.
"Restore & Revive", una organización que promueve la "desextinción", favorece el rescate de genes por encima de la clonación. Se identifican los genes que diferencian una especie extinta de otra que sobrevive y se transforman en el genoma del animal vivo.
Ben Novak, científico de "Restore & Revive", está trabajando en la inserción de genes de la extinta paloma migratoria en el ADN de una paloma de collar.
"Escondidas en el genoma de las palomas migratorias están las mutaciones clave para lograr que un ave de hoy se convierta en lo que era una paloma migratoria", dice a DW. "Esa es la idea. No se trata de copiar, se trata de una recreación, de una nueva versión".
El nuevo mamut: elefantes con más pelo
En el caso del mamut, los genes del pelaje abundante, las orejas pequeñas, la grasa subcutánea y la "sangre anticongelante" que le permitían sobrevivir en temperaturas bajo cero se "reeditarán" en el genoma de un elefante asiático, su pariente más cercano superviviente.
Los críticos argumentan que el animal resultante no sería un mamut como tal, sino algún tipo de quimera que quizás tenga o no tenga posibilidades de sobrevivir en el mundo moderno. O, como dice Britt Wray, autora de "Rise of the Necrofauna – la Ciencia, la Ética y los Riesgos de la desextinción": "un elefante con un corte de pelo gracioso que puede vivir más al norte".
Restauración de antiguos ecosistemas
Cuando una especia desaparece, todo el ecosistema se perturba. "Los ecosistemas no solo son más complejos de lo que pensamos actualmente, sino que son más complejos de lo que nos podemos imaginar", dice Britt Wray. "No se trata de un escenario 'plug-and-play' donde quitas una variable y luego la vuelves a añadir para volver al estado original".
Los críticos de la "ciencia de la resurrección" argumentan en su mayoría con el "riesgo moral". Tratar de recuperar especies perdidas es, según ellos, una negación de la finalidad catastrófica de la extinción. Algo que nos podría hacer pensar que podemos retroceder el tiempo.
Autor: Ruby Russell (GG)
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