¿Cómo desempantanar la carreta europea?

La Unión Europea se encuentra en "una de las más profundas crisis que haya atravesado jamás el proceso de integración". El diagnóstico del ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, es compartido ampliamente por sus homólogos, que se dieron cita este fin de semana en las cercanías de Viena para discutir, en un encuentro informal, acerca del futuro de Europa.

Presidencia alemana

El proyecto constitucional se encuentra empantanado desde que fuera rechazado hace un año en sendos referendos en Francia y Holanda. Y nadie sabe a ciencia cierta cómo reflotarlo, en vista de que franceses y holandeses descartan, por el momento, volver a someterlo a la decisión popular. Pero en ambos países tendrán lugar elecciones en mayo del año entrante y, tras ellas, debería terminar el compás de espera en torno a la Constitución europea que, al fin y al cabo, ya ha sido ratificada por 15 de los 25 integrantes del club.

El primer semestre del año entrante será pues clave para marcar el futuro derrotero. Y justamente en ese período la presidencia rotativa de la UE estará en manos de Alemania, de modo que se espera de Berlín un impulso para salir adelante. Eso fue justamente lo que prometió el ministro Steinmeier, señalando que Berlín presentará al término de su presidencia una propuesta sustentable que permita encontrar una solución. A su juicio, ésta podría materializarse hasta el año 2009.

Ideas discutidas

Pero, ¿cuáles serían las eventuales salidas al impasse? Alemania insiste en que no se debe renunciar a lo medular del proyecto constitucional, que pretende garantizar la operatividad de la UE con más integrantes y, por lo tanto, constituye una premisa para seguir ampliándola. La canciller Angela Merkel se opone también a "desatar el paquete" y quedarse sólo con aquellos puntos que obtienen la aprobación general.

Otros han hablado de un núcleo europeo, que podría avanzar más rápido en la integración, como ha sucedido con la unión monetaria. Y hay más ideas sobre la mesa. Por ejemplo, la de bajarle el perfil a la Constitución europea y poner a consideración sólo una "carta" o tratado, de contenido similar. Pero cabe dudar que un mero cambio de etiqueta baste para desatar este nudo gordiano.