Cumbre sobre la Paz en Ucrania: apoyo y desaires políticos
17 de junio de 2024Escondido en lo alto de las montañas suizas, el complejo hotelero de Bürgenstock ha hecho historia albergando a estrellas de cine y a poderosos financistas en el siglo XX. En 2002, el Gobierno y los rebeldes de Sudán negociaron allí un cese del fuego.
Este fin de semana (15-16 de junio), representantes de más de 90 naciones celebraron conversaciones sobre cómo llevar la paz a Ucrania. Pero, esta vez, los objetivos eran más modestos. Rusia no estaba invitada, ni demostró interés en asistir, lo que llevó a China, su aliado, a boicotear el encuentro.
Los anfitriones suizos dijeron que esperaban sólo sentar algunas bases para futuras negociaciones, en el largo camino hacia la paz. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, sin embargo, insistió en que se estaban gestando acontecimientos históricos.
La Conferencia sobre la Paz en Ucrania le dio la bienvenida a naciones más allá de la lista habitual de invitados a las reuniones de los partidarios de Kiev, intentando apartarse de las acusaciones que a menudo se lanzan sobre las potencias occidentales, de que estarían resonando entre sí.
El presidente de Kenia condenó a Moscú, al tiempo que pidió "a todas las partes en la guerra" que "suavicen sus posiciones", mientras que el ministro de Exteriores de Arabia Saudita habló de "compromisos difíciles" por asumir. Se notaron las diferencias entre quienes apoyan a Ucrania y algunos actores clave en África, Asia y América Latina. Los desaires y ausencias hablaron por sí mismos.
Declaración respaldada por la vasta mayoría de asistentes
Las conversaciones culminaron en una declaración respaldada por la vasta mayoría de asistentes -unos 80 países, incluyendo a todos los miembros de la Unión Europea, Estados Unidos, Ghana, Kenia, Argentina, Colombia, Filipinas, Qatar y Guatemala.
"La guerra en curso de la Federación Rusa contra Ucrania continúa causando sufrimiento y destrucción humanos a gran escala, y creando riesgos y crisis con repercusiones globales para el mundo", se lee en el comunicado.
"Reafirmamos nuestro compromiso de abstenernos de la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, los principios de soberanía, independencia e integridad territorial de todos los Estados, incluida Ucrania".
Los firmantes también condenan las amenazas nucleares, advierten contra la utilización de la seguridad alimentaria como arma, y piden un "intercambio completo de prisioneros" y el regreso de "todos los niños ucranianos deportados y desplazados ilegalmente".
Brasil, México, India, Sudáfrica e Indonesia no firmaron
Pero Brasil, México, India, Sudáfrica e Indonesia, pesos pesados de la diplomacia, optaron por no respaldar el texto final. Estos países ya habían señalizado reticencias al enviar a Suiza a diplomáticos o a ministros, y no a sus mandatarios.
Claude Rakisits, analista en el Centro para la Seguridad, la Diplomacia y la Estrategia, con sede en Bruselas, no se muestra sorprendido: algunas naciones tratan de hacer un acto de equilibrio entre sus lazos con Occidente, y los que mantienen con Rusia y China.
A la cabeza de la cumbre, Kiev acusó a Moscú y Pekín de presionar diplomáticamente a otros países para convencerlos de no asistir, algo que China niega. "Esta conferencia fue sobre mucho más que Ucrania. Fue sobre mantener el orden internacional", dice Rakisits a DW.
"Esta cumbre demuestra que el apoyo internacional no se ha debilitado. Y que es fuerte", dijo a los periodistas el presidente ucraniano Zelenski. "Esta es la reunión más grande y de más alto nivel de países de todo el mundo para hablar sobre cómo avanzar hacia la paz en Ucrania, desde el inicio de la guerra. Esto es en sí mismo significativo", declaró también a DW el primer ministro irlandés, Simon Harris, al margen del encuentro.
Propuesta de Rusia, rechazada por líderes occidentales
En vísperas de la cumbre, Rusia reveló su supuesto plan de paz, el cual exige a Ucrania ceder grandes franjas de su territorio y abandonar su aspiración de unirse a la alianza militar occidental de la OTAN. A juicio de Rakisits, la propuesta de Moscú fue más bien un intento de sabotear la cumbre y distraer de las conversaciones en Suiza. El canciller alemán, Olaf Scholz, la descartó porque "no es seria".
"No creo que Putin esté en absoluto en posición de imponer condiciones", sostuvo el primer ministro irlandés. "La realidad es que cualquier acuerdo de paz, cualquier proceso de paz, debe estar en línea con el derecho internacional. Y todo derecho internacional respeta la integridad territorial de un país", subrayó a DW.
Como sea, "sigue siendo clave cómo y cuándo Rusia podría ser incluida en este proceso", recordó la presidenta de la Confederación Suiza, Viola Amherd, al cierre de las conversaciones. "Las discusiones de los últimos dos días han mostrado que hay diferentes puntos de vista. Pero lo más importante es nuestra comprensión de que un camino hacia la paz en Ucrania debe perseguirse sobre la base del derecho internacional", agregó.
Si bien no se anunció un seguimiento oficial de las conversaciones, la mandataria suiza afirmó que varios países expresaron su voluntad de albergar futuras cumbres sobre la paz en Ucrania. Entretanto, Canadá anunció planes de reunir a ministros de Exteriores para hablar sobre asuntos humanitarios en Ucrania.
"Está claro que para poner fin a la guerra se necesitan a ambas partes en la mesa", dijo el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, a los periodistas. "Mi trabajo y el de todos los diplomáticos ucranianos, y la prioridad del presidente Zelenski, es llevar a Ucrania a esa mesa en la posición más fuerte posible".
(cp/rml)