Conversaciones del G20, marcadas por el clima y la economía
7 de julio de 2017Vaya comienzo: ni siquiera había empezado del todo la cumbre cuando el presidente de la Comisión Europea dijo "estamos con ánimo combativo". Jean-Claude Juncker es quien se puso los guantes de boxeo. Y eso que el rival, Donald Trump, ni siquiera había llegado al ring. Si el presidente de Estados Unidos, como muchos temen, impone nuevos aranceles a las exportaciones de acero de la UE a Estados Unidos, habrá inmediatas contramedidas. "Para eso no necesitamos dos meses", adelantó Juncker. El escenario hierve.
¿Qué será del libre comercio?
Claramente, había que ponerse en posición para las conversaciones en Hamburgo, pues Donald Trump quería hablar del exceso de producción de acero y sentarse con Canadá, Corea del Sur, Japón, los europeos (incluida Alemania) y sobre todo con los chinos, los mayores productores de acero, en la misma mesa. Con eso Trump, que había prometido a sus electores traer de vuelta los trabajos a Estados Unidos, podría cosechar aplausos al volver a casa. Vía Twitter ya había adelantado, poco antes del inicio de las conversaciones, que representaría a su país "para luchar por nuestros intereses, aunque los medios Fake News no me citen correctamente, pero qué importa".
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El problema del acero es un asunto pequeño en comparación con otros que deben discutir los 20 países. Por ejemplo, el libre comercio. En cada uno de los comunicados al cierre de las anteriores 11 cumbres se podía leer que el grupo estaba comprometido con el libre comercio y en contra del proteccionismo. Eso tiene lógica, pues el club de los 20 tiene cuatro quintos del poder económico mundial y tres cuartas partes del comercio planetario.
Putin y los BRICS
Pero solo con el desmantelamiento de las barreras comerciales no basta, al contrario: según cifras de la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, recientemente las medidas proteccionistas han aumentado un 10 por ciento. La mayoría de los obstáculos han surgido de países del G20, como Rusia, China o India. Lo que sorprende es que el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo en la mesa de trabajo: "Estamos contra el proteccionismo que se está propagando por el mundo". En una reunión al margen del G20 hablaron también otros miembros de los llamados BRICS (junto a Rusia, Brasil, India, China y Sudáfrica) de la necesidad de una economía mundial más abierta y justa. Esto parece dejar muy aislado a Donald Trump con su política de "Estados Unidos primero".
Cómo quedará esto reflejado en la declaración final sigue siendo un misterio. La canciller Angela Merkel dijo tras el cierre de las dos rondas de conversaciones, que la "inmensa mayoría" de los participantes se había manifestado a favor del comercio abierto y justo. Pero hasta el momento no hay un acuerdo sobre la redacción de la declaración final. "Para eso queda mucho trabajo por hacer". Serán "discusiones difíciles", apuntó. La canciller ya lo había dicho, mencionando al nudo de cruz que aparece en el logo de la cumbre: "Mientras más grandes son las cargas, más apretados son los nudos".
Más problemas: el debate climático
Dificultades similares se prevén para el tema del cambio climático. Se sabe que Estados Unidos quiere salirse del Acuerdo de París. Su presidente había tomado la palabra en la mesa de trabajo sobre el clima antes de retirarse para su esperada reunión con su par ruso Vladimir Putin. Los estadounidenses quieren volver a la idea de ayudar a otros países en la implementación de los objetivos climáticos de París y centrarse en el uso eficiente de los combustibles fósiles más limpios. No está claro si esa idea encontrará un espacio en la declaración final. Aquí también los negociadores deben encontrar un punto de acuerdo. Sobre eso ya habló la canciller Merkel antes del inicio de las conversaciones, diciendo que había que ser claros y poner sobre la mesa las diferencias.
Finalmente, sigue estando el tema del acero. Se le preguntó a la canciller si se había hablado de ello. Sí, respondió. Aunque habría sido mejor hablar de esto en el "Foro Mundial del Acero" propuesto en la cumbre del G20 en Hangzhou, el año pasado. Ese sería el lugar correcto para hablar del problema de la sobreproducción. Pero si todo sigue avanzando tan lento, se corre el riesgo de que se tomen medidas bilaterales. Si la canciller tenía en mente, al momento de decir esto, la actitud beligerante de Jean-Claude Juncker, es todo un misterio.
Autor: Henrik Böhme (DZC/EL)