CELAC: ¿un espacio más de integración latinoamericana?
5 de diciembre de 2011La recién concluida cumbre fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) halló escasa repercusión en los mayores diarios argentinos y brasileños, comprobaba este domingo el latinoamericanista portal alemán de noticias latina press. Quizás, porque las presidentas de ambos países, Cristina Fernández y Dilma Rousseff, se marcharon incluso antes del cierre del encuentro en Caracas.
“Si funciona y si tiene éxito, se puede considerar el acontecimiento de los últimos 200 años en América Latina”, celebró sin embargo, desde su llegada, el presidente cubano Raúl Castro. Los Gobiernos de Venezuela y Ecuador reiteraron sus deseos de que el nuevo organismo sustituya a la Organización de Estados Americanos (OEA). Aunque la mayoría de los líderes de los 33 países miembros de la CELAC –integrados todos en la OEA excepto Cuba– aseguran que no se trata de un organismo sustituto sino complementario para la integración regional.
¿Qué puede lograrse operativamente en el marco de este nuevo espacio geopolítico? ¿Qué diferencia a la CELAC de otras estructuras ya existentes en la región? Para empezar, “la CELAC es más representativa que el organismo que sustituye en funciones, el llamado Grupo de Río. Ahora están incluidos todos los países del Caribe, que solamente tenían una sede rotativa en el formato anterior”, dijo a Deutsche Welle el latinoamericanista germano Günther Maihold, subdirector del Instituto de Política Internacional, de la fundación alemana Ciencia y Política.
¿Todos los intereses representados?
Pero, al menos de inmediato, operativamente, “no se vislumbra gran cambio”, opina Maihold. Pues la CELAC aún necesita crear “instrumentos efectivos para organizar posturas comunes sobre temas de interés de los países latinoamericanos”, explica este politólogo alemán. El mecanismo de diálogo y concertación quedó aprobado con un acuerdo de mínimos, dejando decisiones sustantivas para próximos encuentros.
De una parte, la troika integrada por Chile, Venezuela y Cuba para asumir el liderazgo de la CELAC “no parece ser un instrumento efectivo para representar los intereses de los 33 países integrantes”, sugiere Maihold. Por otro lado, se mantiene “una relación poco orgánica” con los múltiples espacios de integración política y económica regional ya existentes (OEA, Alba, Unasur, CAN, Mercosur, SELA, SICA, CARICOM) y “no se vislumbra ningún esfuerzo por reordenar esta pluralidad de organismos con competencias que se traslapan”, insiste.
Brasil, con cautela
¿Qué oportunidades y qué riesgos entraña la CELAC para el futuro de las relaciones regionales, entre países con diverso desarrollo económico, además de proyecciones ideológicas y políticas diferentes? El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, advirtió al margen que no admitirá que el organismo se inmiscuya en el conflicto armado entre guerrilla, ejército y paramilitares en su país –que sí coopera en este sentido con EE.UU.- reporta la argentina agencia de noticias Telam.
El bajo perfil sostenido por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, durante la cumbre fundacional de la CELAC, generó sospechas. La más relevante economía latinoamericana –que se ha desarrollado además como un importante actor político a nivel internacional–, parece continuar apostando más bien por la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), que reúne a sus más estrechos aliados en la región.
Rousseff calificó de “histórico” el lanzamiento de la CELAC pero se marchó de Caracas antes de que se aprobasen sus estatutos. “Brasil rehúye liderar la CELAC”, titulaba la revista latinoamericana de negocios “América Economía”. El gigante sudamericano prefiere a Sudamérica, “dejando fuera a los países del perímetro de seguridad de EE.UU. (México, Centroamérica y el Caribe)”, dijo el experto alemán consultado por Deutsche Welle.
Así, insistió Maihold, Brasil evita “conflictos de intereses”. Mientras, está por ver “si México será capaz de encontrar en la CELAC un organismo que le permita romper con el aislamiento que sufre en sus relaciones con América Latina” –a tono con sus fuertes lazos económicos y estrategias conjuntas de seguridad con los EE.UU.–, agregó el politólogo germano.
“Una segunda independencia”
Como sea, se concibe como “un gran avance” que la CELAC se libre de la “enorme asimetría” que caracteriza las relaciones entre los países latinoamericanos y los EE.UU., especialmente visible en el marco de la OEA. ”Esto puede conducir a mayores consensos entre los países latinoamericanos”, prevé Maihold. Aunque la OEA aún aventaja a la CELAC, reconoce, “por disponer ya de estructuras de trabajo con cierta eficiencia”.
“Esta asociación de Estados simboliza, sobre todo, la nueva conciencia de la región de cara a los EE.UU., Canadá y Europa”, señalaba el diario germano tageszeitung. Y es que, en principio, la cumbre de la CELAC podría convertirse en una alternativa, tanto a las estructuras de la OEA como a las anuales Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno en las que participan España y Portugal, sugirió el tabloide de izquierda liberal.
Para los socios extrarregionales como China y la Unión Europea, “no se vislumbra gran cambio”, advierte Maihold; pues éstos dependen, más bien, de una ya establecida “red de formatos bilaterales, subregionales y regionales para sus contactos con América Latina”.
Mientras llegan las próximas reuniones de la CELAC –a celebrarse en Chile (2012) y Cuba (2013) –, dependerá de los propios gobiernos latinoamericanos demostrar “si son capaces de dar vida a este nuevo organismo, o han creado otro espacio de integración que quedará sin grandes efectos para la convivencia en la región”, concluye este latinoamericanista alemán.
Lo más difícil, había advertido el presidente de Uruguay, José Mujica, será “conquistar una segunda independencia”. Para el presidente venezolano, Hugo Chávez –que a aspira a su reelección frente al Gobierno de su país en 2012 y que había tenido que posponer esta cumbre durante varios meses por su tratamiento contra el cáncer– la cumbre de Caracas cerró con broche de oro las celebraciones por el bicentenario de la independencia de Venezuela.
Autora: Rosa Muñoz Lima
Editor: José Ospina Valencia