Cambio climático provoca caos en la Amazonía
6 de diciembre de 2015Los ríos de la región amazónica son arterias de vida. Además de ser una vía de comunicación para los habitantes de la selva, también son reservas para la pesca y el lugar donde juegan y se bañan los niños. Pero en octubre de 2014, el nivel del agua del río Negro, cerca de Manaus, capital del estado brasileño de Amazonas, descendió haciendo incluso encallar a los barcos por las bajas precipitaciones y el intenso calor.
“El descenso de los ríos en el Amazonas es un caos total”, explica José Marengo, meteorólogo, hidrólogo y miembro del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas. “En los últimos años, en el Amazonas hubo dos sequías del siglo y dos inundaciones del siglo”, explica marengo a DW: “Estos fenómenos que deberían suceder cada 100 años se dan ahora con mucha más frecuencia”, precisa.
Mataripe Trumai, habitante del curso central del río Xingu en el Amazonas brasileño, opina que el “cambio climático lo altera todo”. Él aclara cómo está despareciendo la pesca y cómo se está encenagando el río. También dice que no hay tantos frutos amarillos como antes para que los peces se alimenten. “Los ancianos dicen que la lluvia no llega a tiempo y que los rayos son más fuertes”, comenta Mataripe.
Víctima y verdugo
¿Qué sucederá en este escenario si la temperatura global aumenta 3 grados a final de siglo? Para Pablo Artaxo, profesor del Instituto de Física de la Universidad de Sao Paulo, antes de hablar del futuro hay que hablar del presente.
Para él, hay dos aspectos que llaman la atención de los expertos. Por una parte, el ciclo hidrológico del Amazonas es más intenso. El cauce del río en Obidos, cerca de su desembocadura entre Santarem y Belem, aumentó lentamente en los últimos años en un 15%. “Nadie sabría responder si es a causa del cambio climático o no", cree Artaxo. El otro cambio es la prolongación de la estación seca en la región occidental, explica: “Antes duraba entre tres meses y medio y cuatro, y ahora es notablemente más larga”, continúa el experto. Para Artaxo, podría tratarse de un ciclo natural, o una consecuencia del cambio global.
Registro indígena del clima
A falta de datos de registro en el Amazonas, actualmente los científicos brasileños tratan de hacer análisis más exactos. Apoyado por el Gobierno británico, Brasil comenzó un proyecto para investigar el impacto del aumento de la temperatura en el Amazonas. Con resultados inquietantes. “Creemos que un calentamiento de 3 o 4 grados Celsius podría colapsar la selva”, opina Artaxo. “Si esto sucede, millones de toneladas de CO2 concentradas en los árboles serían expulsadas a la atmósfera”, puntualiza. Por eso se habla del Amazonas como víctima y verdugo. Sobre todo para los indígenas que, según Sonia Guajajara, de la asociación Apib, se verían fuertemente afectados.
En la cumbre del clima COP21 que se celebra en París, algunos indígenas del río Negro presentaron un innovador proyecto para monitorear el nivel del agua, la lluvia y otros fenómenos de la región. Desde hace ocho años, registraban datos sobre días lluviosos o nublados, incluyendo indicadores como el nivel del río, las constelaciones y las lluvias en la región acordes con su propia cultura. Como resultado, con la ayuda del Instituto Social Medioambiental e InfoAmazonia, presentaron el Calendario del Río Tiquie en la conferencia de París.
Este calendario está inspirado en la percepción de los indígenas, que creen que las cosas ya no suceden de acuerdo con su sabiduría. Las frutas y plantas no crecen a su debido tiempo y la pesca está desapareciendo. André Baniwa, que llegó a París desde el Amazonas, dijo a su gente que un tiempo de calma acechaba al mundo. “Los chamanes de los Baniwa creen que el mundo acabará pronto y no habrá señales de vida… Será un periodo de calma”, sentencia el líder Baniwa.