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Bush visita Europa en son de paz

emilia rojas3 de junio de 2004

El presidente estadounidense inicia un viaje a Europa, donde se reunirá con dos vehementes opositores a la guerra contra Irak: el Papa y Jacques Chirac. No obstante, la visita estará marcada por gestos de reconciliación.

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¿Preparado para una lluvia de críticas?Imagen: AP

Extrañamente oportuno resultó el anuncio de la dimisión del director de la CIA, George Tenet. El propio presidente estadounidense, George W. Bush, se encargó de comunicar la nueva momentos antes de emprender viaje a Europa. Y, aunque como suele hacerse en estos casos, se justificó la renuncia aduciendo "razones personales", nadie olvida que la Casa Blanca achacó al servicio de inteligencia no haberle informado correctamente sobre las famosas armas de exterminio masivo que supuestamente poseía Saddam Hussein. El presunto responsable de ese "error de cálculo", que sirvió a Bush para justificar su guerra preventiva, se hace pues a un lado. Y el equipaje presidencial pierde un poco de lastre.

Comparación discutible

Dos guerras configuran el marco de esta visita de Bush al Viejo Continente: la II Guerra Mundial y la guerra contra Irak. Y, en ambos aspectos, el presidente se propone efectuar sendos gestos de reconciliación. Él mismo es quien gusta de trazar paralelos, señalando que los dos conflictos "reflejan la opción entre tiranía y libertad". En su estilo habitual, nada proclive a matizar, olvida el gobernante estadounidense que la lucha contra la Alemania de Hitler se inició en respuesta a una agresión y a una ideología que propugnaba el genocidio de los judíos y la expansión territorial. Saddam Hussein, por más tirano que fuera, no representaba una amenaza comparable, aunque Bush se esfuerce por demonizarlo.

Sea como fuere, éste es un viaje en son de paz. La ceremonia de conmemoración del sexagésimo aniversario del desembarco en Normandía, a la que también asistirá el canciller alemán, Gerhard Schröder, será sin duda una magnífica ocasión para reafirmar solemnemente la reconciliación de los contrincantes de la II Guerra Mundial, que ya es una realidad desde hace décadas. Más complicado resulta hacer las paces tras la fricción que se produjo entre los aliados transatlánticos con respecto a Irak.

Anfitriones críticos

En Italia recibirá a Bush una población nuevamente estremecida por un video que muestra a rehenes de ese país en manos de sus captores iraquíes. Y, ciertamente, no todos le brindarán una acogida tan cordial como el primer ministro Silvio Berlusconi, que lo secundó desde el primer momento. Pero el presidente estadounidense está decidido a poner buena cara y a contrarrestar su imagen beligerante. Por eso se empeñó en sostener una audiencia con el Papa, una de las figuras que se alistó decididamente entre los contrarios a la intervención en Irak.

Demonstration gegen George Bush Besuch in Rom
Protesta en Roma, en vísperas de la llegada de Bush.Imagen: AP

Otro de los vehementes opositores a esa guerra, Jaques Chirac, lo esperará luego en París. También allí soplan esta vez vientos de distensión. Tanto Francia como Alemania no desean que vuelvan a escalar los roces con Estados Unidos y están dispuestos a llegar a un acuerdo en el Consejo de Seguridad, aunque poniendo algunas condiciones. Y así, todo indica que el aniversario del "Día D" servirá para el reencuentro en más de un sentido.