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"No" a la OTAN en Irak

28 de mayo de 2004

El gobierno alemán reiteró su rechazo a la intervención de la OTAN en Irak. En un debate del Bundestag hubo consenso en demandar el pleno esclarecimiento de las denuncias de torturas aplicadas a prisioneros iraquíes.

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Fischer adviertió de los problemas que supone involucrarse en Irak.Imagen: AP

El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, considera que la misión del enviado especial de la Naciones Unidas, Lakhdar Brahimi, representa la última oportunidad para pacificar Irak. A su juicio, lo determinante será que se logre un consenso interno en ese país. Aunque no mencionó directamente las torturas cometidas por soldados estadounidenses, Fischer aludió a los hechos ocurridos en los últimos meses y semanas al argumentar contra la participación de la OTAN en operaciones en Irak. "Estoy convencido de que, cualesquiera sean las condiciones, las tropas occidentales serán vistas allí como fuerzas de ocupación", puntualizó el ministro, hablando en el parlamento alemán (Bundestag).

Doble standard

El experto de la oposición cristiano-demócrata en materia de política exterior, Friedbert Pflüger, puntualizó que valores occidentales, como el respeto de los derechos humanos, se vieron desacreditados por las torturas infligidas por soldados ocupantes a prisioneros iraquíes. Igualmente reprochó la falta de credibilidad de la política de Occidente hacia la región: "Cuando Irak hace algo, se lo considera expresión del mal. Pero cuando algo sucede en Arabia Saudita, que también tiene un régimen radical islámico, se extiende un manto de silencio, porque se trata de un gobierno pro-occidental". Pflüger advirtió que, mientras se mantenga ese doble standard, los musulmanes "no nos tomarán en serio cuando predicamos la democracia y los derechos humanos".

Por otra parte, los parlamentarios de los partidos de gobierno y los del bando de la oposición formularon reproches recíprocos en lo tocante a la evaluación de la guerra de Irak. Los políticos socialdemócratas y verdes defendieron la decisión del gobierno alemán de rechazar dicha intervención militar, mientras los de la Unión Cristiano-demócrata argumentaron que la postura germana dividió a Occidente.

Bancarrota estadounidense

En este punto, las posturas siguen divididas. Porque, a juicio del sector gubernamental, los hechos sólo han confirmado el acierto del proceder de Berlín. Ludger Volmer, dirigente de Los Verdes, opinó que Estados Unidos ha sufrido una "bancarrota política y moral en Irak". Más aún: a su juicio, Washington ha exportado "torturadores" en lugar de "democracia". Aunque de seguro varios parlamentarios no compartieron la dureza de sus apreciaciones, oradores de todas las bancadas coincidieron en demandar que se aclare cabalmente lo ocurrido con los prisioneros.

El debate del Bundestag reflejó también la conciencia de que Alemania se ve afectada por los acontecimientos iraquíes, pese a no haber apoyado la guerra. Según hizo notar el vicepresidente de la bancada socialdemócrata, Gernot Erler, como Estados Unidos "libra esta guerra, con todos sus problemas a fallas, en nombre de los valores occidentales, nos vemos involuntariamente comprometidos, en tanto somos parte del mundo occidental". Y eso -aclaró- "nos da el derecho a plantear preguntas a los responsables".