Brexit: "La UE ya no podrá controlar sus crisis"
24 de junio de 2016DW: Ha sucedido, señora Guérot: Reino Unido se va. ¿Cómo se ha llegado a esta situación? ¿Quién es el culpable?
Ulrike Guérot: Es un poco como el título de la película de James Dean: “Rebelde sin causa". Se prometió un referéndum algo temerario, quizás demasiado emocional, para contentar a ciertos ánimos en el Reino Unido. Nigel Farage y el Ukip (partido populista de derecha) aceptaron con agrado. Y al final ha sucedido. Hay que decir que se trata de un país muy especial. De alguna forma, Gran Bretaña siempre estuvo a medio camino con Europa: ni en Schengen, ni en la zona euro… En tal contexto de indecisión puede descarrilar la situación política, y creo que es lo que ha pasado. Pero también tengo que decir que, en algunos círculos, como la industria británica y la City de Londres, tampoco se han esforzado demasiado por la permanencia en la UE.
¿Le ganó el corazón a la cabeza? ¿Puede ser que esta salida solo corresponda a una opinión actual, a los ánimos del momento?
No comparto ese argumento. Es más que una sensación. Hay que decir que los partidarios del brexit han puesto básicamente el dedo en la llaga. Si Nigel Farage dice “Quiero salir de la UE, porque allí no tengo nada que decir”, desgraciadamente tiene razón. Es un problema al que no se está atendiendo correctamente. Hay rabia entre los ciudadanos, irritación por estar siendo gobernados por la UE sin poder hacer nada en contra. Y sería falso considerar esta rabia ciudadana como un grupo de locos emocionales que no han entendido nada. Hay una gran área conflictiva y, por eso, deberíamos observar exactamente lo que esta gente nos está diciendo. No están totalmente equivocados cuando dicen que la democracia que se practica en Europa no basta.
Los mayores apoyaron el Brexit, mientras los jóvenes quieren seguir siendo europeos. ¿Qué dice eso sobre la sociedad británica?
La sociedad británica está dividida. En ese sentido, no solo es la sociedad británica. Si miramos a Francia, Polonia, Austria y Alemania, en todos estos países existe esa división. Hoy no se puede decir que todos los polacos sean partidarios de Kaczynski, o que en Austria todos apoyen a Hofer. En las recientes elecciones austriacas el resultado fue realmente ajustado. La división se ve según las generaciones y esa dinámica generacional es similar en otros países. Los mayores quieren irse de la UE y los jóvenes quieren quedarse.
Pero también hay otra dinámica. Si se observan los resultados hay una diferencia entre las ciudades y las zonas rurales. Vemos que en grandes urbes como Edimburgo, Glasgow y, sobre todo Londres, se votó en contra de la tendencia apoyando la permanencia, mientras las regiones rurales eran feudo del brexit. Eso muestra que los perdedores de la globalización ahora dicen: "Nos queremos ir".
La UE tiene que reinventarse y reordenarse. ¿Pero cómo?
La UE no tiene que reinventarse, es Europa la que tiene que reordenarse. La pregunta es si realmente la UE podría reinventarse a partir de sí misma. Si lo hubiese podido hacer, tendría que haberlo hecho en los años pasados. Estas crisis es solo una de tantas: los refugiados, el grexit…. Crisis de las que la UE ya no es dueña desde hace tiempo. Por lo tanto, la pregunta no sería si la UE puede hacer algo, sino si estaríamos dispuestos a pensar en una nueva reorganización política y democrática fundamental para este continente. Esa sería la tarea más inmediata y el brexit nos ha dado la señal o el disparo de advertencia.
¿Quién será el siguiente que abandone la UE por referéndum?
Se podrían hacer apuestas. Los candidatos lo tienen claro.Tales cuestiones se plantean en Hungría y Polonia y no se puede descartar que puedan votar o que se vayan. La República Checa sería probablemente otro de los candidatos. Ahora mismo acabo de llegar de París. En Francia, la política es ahora mismo un desastre y no solo por parte de Le Pen, sino también en una izquierda totalmente dividida. Además, padecen por la política económica interior y por la política europea. Y por supuesto, las soluciones que se proponen pasan por ser soluciones nacionales. Desgraciadamente, está también sucediendo en Francia. Por lo tanto, sería difícil decir qué efecto dominó podría tener.
Ulrike Guérot es catedrática de política europea e investigación de democrática en la Universidad del Danubio en Krems, Austria.