Bolsonaro escenifica su Gobierno como Trump
10 de enero de 2019En vida, el presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013) supo sacarles provecho a los medios tradicionales para comunicarse de manera más directa con sus simpatizantes. Como muestra, su abusivamente largo programa ¡Aló, Presidente!, transmitido periódicamente en cadena nacional de radio y televisión desde distintos rincones del país. Pero el set que él empezó usando para ufanarse jocosamente de su propio histrionismo terminó siendo utilizado para anunciar decisiones de Estado que se le ocurrían en el momento, en vivo y directo, sin ser consultadas ni con su Gabinete ni con ninguna otra instancia.
Después llegó Donald Trump, cuyo uso de la red social Twitter para vocear su visión del mundo y orear asuntos internos de la Casa Blanca, ha sido descrito como un problema tanto por quienes han trabajado para él como por analistas políticos. Por otro lado, con más de 57 millones de seguidores en Twitter, al mandatario estadounidense le sobra quien aplauda cada uno de sus mensajes. Y eso ayuda a explicar, no sólo por qué Trump sigue tuiteando sin rastro aparente de autocensura, sino también por qué otros políticos imitan ese rasgo exhibicionista de su personalidad, incluso después de asumir la jefatura de un Gobierno.
El papel de la prensa
Jair Bolsonaro es un buen ejemplo. El flamante presidente de Brasil se presenta en las redes sociales como si protagonizara un reality show junto a su familia: su esposa Michelle y sus hijos Eduardo, diputado federal por el estado de Sao Paulo; Flavio, diputado en el estado de Río de Janeiro; y Carlos, concejal en la ciudad de Río de Janeiro. Varias veces al día, el macho alfa del clan usa su cuenta o las de su prole en Twitter (6 millones de seguidores), Facebook (15 millones) o Instagram (16 millones) para mostrar alguna faceta de su vida privada. No extraña que muchos periodistas lo sigan. Después de todo, Jair Bolsonaro es un mandatario polémico.
Y la prensa vive de las noticias. En entrevista con DW, el periodista Alfonso Benites, corresponsal del diario español El País en Brasil, dice haberse abierto una cuenta en Twitter especialmente para reportar sobre Bolsonaro. “Uno no puede perderse nada de lo que haga su Gobierno”, comenta Benites, recordando que la exitosa campaña electoral del militar de 63 años se desarrolló principalmente en las redes, como parecen hacerlo ahora sus comunicaciones oficiales. A veces aparecerá Jair, descalzo en el sofá, acompañado por la mascota de la familia. Y todo apunta a que también aparecerá para señalar el rumbo que tomará la nación.
“Los Bolsonaro”, la telenovela
“Mucha gente dice haber votado por él por ser una personalidad sencilla. ‘Una persona como nosotros’, juran sus acólitos”, comenta Benites. El reportero describe a los Bolsonaro como “los Kardashian tropicales”, a sabiendas de que la comparación es engañosa. “Con ellos, todo parece lucir muy espontáneo, pero la cuestión ha sido muy bien pensada; cada paso que se da es calculado. Creo que los brasileños se hartaron de los políticos normales”, agrega Benites. El politólogo Marco Aurélio Nogueira coincide con el periodista: “A los brasileños nos gusta poder echar un vistazo a la intimidad de los poderosos”, sostiene.
“Y gracias a su personalidad desbordante, el presidente simplemente lo muestra todo; él no conoce límites, él no advierte la diferencia entre lo privado y lo público. Él dice lo que le pasa por la cabeza”, añade Nogueira. A su juicio, Bolsonaro y los personajes más importantes de su vida conforman un elenco muy atractivo; como telenovela, “Los Bolsonaro” es un imán para muchas audiencias. Otra periodista, Eliane Brum, arguye que el show en cuestión atrae, sobre todo, a quienes se perciben como el presidente. Jair Bolsonaro encarna sobre todo a hombres blancos que se sienten desposeídos de sus privilegios tradicionales en el mundo moderno.
Desde luego, explica el politólogo Ricardo Ismael, Bolsonaro y su familia no apostarían tanto a las redes sociales si contaran con el respaldo de los medios poderosos o de la sociedad civil organizada. “Ganar unas elecciones presidenciales en Brasil con el poco dinero que tenía Bolsonaro fue un desempeño fenomenal. Igualmente impresionante fue el apoyo voluntario con el que contó en las redes sociales. Eso fue algo extraordinario”, acota Ismael. Ahora, Bolsonaro escribe el guión de su propia presidencia. Valga la alerta: las secuelas de celebrar a un mandatario que mezcla a tal punto lo privado y lo público ya se advierten en Estados Unidos.
(erc/jov)
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