Muchos palestinos sienten que su dolor y la preocupación por su patria no son tomados en serio. Las voces diferenciadas a menudo se pierden en el ruido. El reportaje acompaña, entre otros, a la joven palestina Jaky, que, tras un año de guerra, ya no se siente en casa en Berlín. También retrata a Maya, una israelí que, a pesar de sus temores, está adoptando una postura más firme contra el antisemitismo. Asimismo, muestra a Susanne, una judía berlinesa, que encuentra consuelo en la sinagoga y consolida su identidad judía. Al mismo tiempo disminuye la confianza en los medios de comunicación. Los palestinos a menudo se sienten equiparados con extremistas y muchas personas ya no se expresan por miedo a ser malinterpretadas. El reportaje se adentra en la vida de los afectados y pregunta: ¿cómo han vivido el último año?, ¿siguen sintiéndose en casa en Berlín?, ¿qué voces se han apagado y cuáles han cobrado fuerza?